Página:Compendio de la Historia de la Ciudad de Guatemala Tomos I - II.pdf/261

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
—253—

valle de Naco, en la provincia de Honduras, á sosegar á sus moradores que se hallaban revueltos por la falta de viveres que se padecía en aquella comarca; y habiéndolos proveído con abundancia y aquietado sus disturbios, fundó la villa de San Juan de Puerto Caballos y las ciudades de San Pedro Zula y de Gracias á Dios; y pasando á Trujillo, se embarcó para la Córte.

Llegado á Madrid fueron despachados favorablemente sus asuntos, alcanzando dos cédulas muy honoríficas del Señor Emperador, una de 17 de Abril y otra de 9 de Agosto de 38. Con estos despachos se restituyó el Adelantado á su gobierno; y recuperada la provincia de Honduras, que se habia dado á Don Francisco Montejo, pasó á Guatemala, donde con mas calor que nunca, trató de su jornada á las islas de la especería. Para esto construyó una armada, la mayor que se habia hecho en el Nuevo Mundo, compuesta de doce navios de alto bordo y dos menores, en que gastó mas de 200,000 pesos. Hizose á la vela en el puerto de Iztapa, el año de 40; y teniendo que tratar y formar asiento de navios con el Virey de Méjico Don Antonio de Mendoza, tocó en el puerto de la Purificacion, en la provincia de Xalisco. Vióse con el Virey, y concluidos sus asuntos, estando ya para partirse, recibió carta de Cristóval de Oñate, en que le suplica le socorra por hallarse á punto de ser desbaratado por los indios apóstatas, que se habian atrincherado en ciertos peñoles. Pasó inmediatamente el Adelantado á ayudar á Oñate, y en una retirada que hicieron los españoles, viniendo en la retaguarda Alvarado, un caballo que iba adelante cayó y rodando lo atropello y estropeó de tal suerte, que á los doce dias murió en Guadalajara, á donde fué llevado y en donde recibió los Sacramentos é hizo su disposicion testamentaria, el dia 4 de Julio de 41. En ella manda, que su cuerpo se entierre en el convento de Santo Domingo de Méjico; y para cumplir su voluntad, los amigos que estaban con él, sacaron su cadáver de Guadalajara y caminando para Méjico, lo depositaron en una Iglesia, que tienen los Agustinos en Tirepati, en donde no se sabe por qué motivo se quedó, hasta que Doña Leonor de Al-