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Principe en la necesidad ó de estrecharse entre dos combates, teniendo por un lado el referido castillo y por el otro el ejército de Maucotah, ó abandonar el campo, con quiebra de su reputación. En este estrecho se determinó á probar fortuna y sacando 20,000 Zutugiles, mandó á Coculeuh, Cacique de Samayaque, que con ellos acometiese al ejército de los Quichées: trabóse una sangrienta batalla, en que balanceó muchas veces la fortuna; mas tomando los Quichées una senda encubierta por cierta cañada, acometieron por el costado á los Zutugiles, los rompieron y atropellaron, quedando en el campo el Cacique Coculeuh con muchos de los principales. Cargó Maucutah con todo su ejército sobre el de Zutugilebpop que se hallaba desordenado: muchas veces cejaron los cabos de este, otras se reparaban, y asi los entretuvo la fortuna á unos y otros por largo tiempo, hasta que rompiendo los Quichées la vanguardia de los Zutugiles, desanimados estos comenzaron á dejar el campo, sin que fuesen bastantes á detenerlos los esfuerzos de su Rey que se vió precisado á volverse por sendas escusadas á su corte de Atziquinahay. No fueron menos funestos para este Principe los sucesos del otro ejército, destinado para los lugares de las costas del mar del Sur y del territorio de la laguna; pues muchos de estos fueron quemados y otros puestos á la obedencia del Rey de Utatlan, como la famosa ciudad de Samayaque. Tantos sucesos tristes que acometieron de golpe al corazon de Zutugilebpop, sobre el quebranto de tan largas y trabajosas campañas, le llenaron de melancolía, que le acarreo muy en breve la muerte, dejando por sucesor en el trono de Atitan á Rumal-Ahaus, joven de diez y nueve años.

Luego que este Soberano empuñó el cetro, con los brios de la juventud, trató de juntar un ejército de 50,000 hombres, para oponerse á los progresos de Maucotah, que con 80,000 infantes, intentaba reconquistar las plazas de Polopó y Toliman. Avistados los dos ejércitos, hizo el anciano Maucotah una embajada al jóven Rumal-Ahaus, diciéndole que le hacia fuerza que un Rey de corta edad y sin esperiencias se atreviese á competir con