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hacienda, se ve la entrada de la referida cueva, cavada á pico, cuyo dilatado espacio asegura la simple tradicion, se estiende por las entrañas de aquel monte hasta el rio de los Esclavos, acia el pueblo de Malaquescuinte: es decir, el largo espacio de once leguas. Esta admirable senda subterránea no ha sido hasta ahora examinada; pues aunque el Capitan Don Juan de Salazar Monzalve, nieto del conquistador Don Antonio de Salazar, y abuelo materno del citado Don Tomás Delgado de Nájera, con ánimo resuelto intentó penetrarla y reconocerla hasta su fin; mas no pudo internarse en ella mas de tres cuadras, porque varias veces que lo emprendió se le apagaban las luces y se quedaban en profundas tinieblas, sin poder dar un paso adelante [1].

Otra singularidad, aun mas digna de admirarse, se encontró en la misma hacienda del Peñol: esta es ciertos esqueletos de gigantes tan disformes, que solo las canillas de sus piernas, tenían unas siete y otras ocho cuartas de vara, siendo á proporcion de estas los demás huesos. El cronista Don Francisco de Fuentes, que escribía por los años de 1695, en el tomo 2º lib. 4º cap. 11, asegura que en su tiempo Don Tomas Delgado de Nájera y Don Cristóval de Salazar, hicieron esquisitas diligencias para sacar enteros algunos de estos huesos, para traerlos á Guatemala; mas no pudieron conseguirlo, porque al querer levantar una canilla ú otro hueso, se les deshacía en polvo. Ni se debe tener por increíble este hallazgo, que con tanta individualidad nos refiere un autor generalmente tenido por ingenuo y verídico y que trató á los dos espresados sugetos con intimidad, como que eran deudos suyos, y mas cuando es constante, que en todos tiempos ha habido gigantes en el mundo; porque antes del diluvio los hubo, como se vé por el cap. 6º del Génesis: en los tiempos posteriores sabemos por el cap. 17 del lib. 1º de los Reyes, que entre los Filisteos habia un


  1. Al tufo que despiden estas cuevas le llama Mr. Leboisier tufo azótico, porque mata á los animales que lo respiran y apaga prontamente las candelas encendidas y todos los cuerpos que se hallan en combustion.