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el perjuicio que esperimentaron los edificios. Pero como las fabricas mas costosas y las obras públicas, como la Catedral y otras iglesias, los palacios y conventos, por la mayor parte fuese necesario sacarlas de cimientos; y por otro lado fuese cosa esperimentada, que desde que los Españoles se establecieron en aquel valle, ya en el sitio de Tzacualpa, ya en el de Panchoy, nunca pasaron cincuenta años sin que la Ciudad de Guatemala sufriese alguna ruina notable, pareció mas conveniente trabajar una vez trasladando la ciudad á otro puesto, aunque fuese con mayores gastos, que reedificarla en el mismo sitio; porque aunque lo segundo fuese mas fácil y menos costoso, pero esto era trabajar para 30 ó 40 años, y plantándola en otro parage podia durar mucho mas. Agregábase á esto, que habiéndose suscitado la pretensión de trasladar la ciudad, por motivo de los temblores de 29 de Setiembre de 1717, que se asegura fueron menores que éstos, se consultó el caso al Señor Virey de Nueva España, el que fué de parecer se trasladase, como consta de despacho librado en 4 de Diciembre del mismo año, lo que por entonces no tuvo efecto. Mas ahora viendo la ciudad aun mas arruinada que el año de 1717, y trayendo á la memoria el dictámen del referido Señor Virey, se trató de poner por obra la traslación.

Celebróse para el efecto una junta de todo el vecindario, en los días 4 y 5 de Agosto de 1773, y en ella se decretó la traslación, con calidad de que S. M. la aprobase. Y pasando á la elección del lugar en donde se había de situar la ciudad, como los pareceres estuviesen discordes, se resolvió ponerla provisionalmente en el burgo de la Ermita, inmediato á el valle de las Vacas, ínterin se reconocían y exploraban el mismo valle de las Vacas, el de Jalapa, Jumay y cualquiera otro que se estimase conveniente. En 9 del mismo Agosto se tuvo otra junta para nombrar comisionados que examinasen los sitios propuestos y averiguasen sus buenas ó malas calidades; y para este encargo nombró el Señor Presidente al Oidor Decano Don Juan González Bustillo: el I. S. Arzobispo á los Prebendados Doctor Don Juan González Batres y Doctor Don Juan Antonio Dighero; y el Ca-