Página:Compendio de la Historia de la Ciudad de Guatemala Tomos I - II.pdf/682

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
—298—

y utilidad que traería la posesión de aquel Señorío, la multitud de lugares que contenía, y en que cabían buenos y provechosos repartimientos, los aumentos de la corona y lo principal y mas interesante, sujetar aquellos bárbaros al suave yugo de la ley de Dios y atraerlos al conocimiento del Ser Supremo.

Todos convinieron en que se hiciese la jornada, y asi se dispuso brevemente que marchase para la referida provincia Gonzalo de Alvarado, con 80 Españoles á cargo de los Capitanes Antonio Salazar y Francisco de Arévalo, 40 caballos al de Alonso Gómez de Loarca; y 2,000 indios guerreros, Tlaxcaltecos, Mejicanos, Uzmatecos, Cholutecos, Quezaltecos y Kachiqueles, al mando de los Cabos Jorge Acuña, Pedro de Aragón, Bernardino de Oviedo y Juan de Verastigui: á los que se agregaban 500 gastadores de hacha, machete y azadón y gran número de indios tamemos, que condujesen los víveres y fardage. A principios de Julio de 1525 salió de Guatemala Gonzalo de Alvarado, caudillo de los mas afamados de aquellos tiempos, con toda esta comitiva, y se encaminó para el gran pueblo de Totonicapam, que fué la plaza de armas de esta espedicion, por estar en los confines de los Mames, y poder socorrer el ejército de aquel pais abastado de copia de maiz. Casi ocho dias (M. S. Quiché, fól. 9) tardó el ejército en atravesar la cordillera que media entre Totonicapam y el rio Hondo, detenido de la fragosidad de la sierra, elevación de las montañas, frecuencia de las lluvias y crecientes de los rios. Aguardóse dos dias para poder esguasar el referido rio, que aunque pequeño en otros tiempos, entonces lleno con las vertientes que bajaban de las quebradas, no daba vado. Llegó nuestro ejercito á una llanura, donde está situado el pueblo de Mazatenango: aqui habia una ancha ciénega, ven la parte eminente de aquel llano, una buena trinchera de maderos gruesos, con terraplén firme de paja y barro, coronada de gran multitud de indios Mames, que con silvos y algazara provocaban á nuestras tropas para hacerlas atravesar la referida ciénega, en que sin duda peligráran, si advertido Gonzalo de Alvarado por los Quezaltecos y guias del Rey Sequechul, no encami-