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ta tres cabezas ó picachos de un solo dilatado cuerpo: todo su contorno se ve sembrado de malpais, que ha arrojado en las repetidas erupciones que ha hecho. Ha reventado varias veces y otras muchas ha arrojado llamas, arenas y humo espeso por las bocas que tiene abiertas, continuándose este espantoso fenómeno por muchos dias: de su tiempo asegura el cronista Fuentes, (tomo 4º libro 9º capitulo 9º) que continuadamente por todos los dias del año, arrojaba por el uno de sus elevados pináculos cantidad de temerosas llamas. Y refiere este mismo autor, que el año de 1568 reventó este volcan, causando en la Ciudad de Guatemala y sus contornos la gran ruina de que hablamos en el lugar arriba citado. Asi mismo sabemos por relación de dicho escritor, que el dia 18 de Febrero de 1654, con terrible estruendo y recios movimientos de la tierra, lanzó este monte gran cantidad de humo negro y espeso. El de 1664, con pavorosos retumbos y terribles bramidos, arrojó tan grandes y elvadas llamas de fuego, que se vió iluminada la Antigua Guatemala, por la noche como si fuera de dia, siendo asi que dista de este volcan siete leguas; y fué tanto el ruido de los retumbos, que todos durmieron en los patios de sus casas los tres dias que esto duró. Lo mismo se esperimenló el año de 1668; y muy semejantes á las referidas, fueron las esplosiones que hizo por el mes de Agosto de 1674 y Julio 1677. Estas erupciones del Volcan de Pacaya, refiere el espresado cronista Don Francisco de Fuentes, en el lugar citado, capitulo 10; mas no sabemos si después que escribió este autor hubo algunas otras. Únicamente nos consta, como testigos de vista, la que hizo el dia 14 de Julio de 1775: este dia, á la madrugada, sin que hubiese mayor ruido, ni se sintiese temblor alguno, se vió en la Antigua Guatemala, donde yo me hallaba, una espesa nube de humo por la parte del Sudeste, que salía por detrás de la cordillera que oculta al referido volcan; mas para ver el fuego, fué preciso ir al pueblo de Santa Maria de Jesús, desde donde se distinguía la boca que habia abierto: de ésta salia un plumage de humo y gran porcion de piedra encendida,