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cabeza que estaba dividida en dos partes; y que cerrando el cajón, habiendole cantado una misa de réquiem, con asistencia del Ilmo. Sr. Obispo y el Cabildo, se llevó á la bóveda del Sagrario.




CAPITULO 3.º
De la demolición y reedificacion del templo de la Santa Iglesia Catedral de Guatemala.

Desde el año de 1660, se advirtió que ya claudicaba la fabrica de la Santa Iglesia Catedral, y no era estraño, porque siendo de artesón y contando segun parece mas de cien años de edad, habiendo sufrido muchos y grandes terremotos, era preciso que sus maderas estuviesen en gran parte podridas y la obra de mampostería con tantos vaivenes resentida. Gobernaba por este tiempo la Diócesis el Ilmo. Sr. D. Fr. Payo Enriquez de Rivera, y de acuerdo con el Cabildo determinó aderezar la parte resentida, trasladando el altar mayor al arco toral. Mas no bastó esta diligencia para quitar los temores, pues la fabrica continuó dando muestras de deficiencia. Habiendo tomado posesión de ésta Silla el Ilmo. Sr. Dr. Don Juan de Santo Matia Saenz Mañozca, el año de 1668, tuvo varias conferencias con su Cabildo sobre los refuerzos que se habian de hacer á la Iglesia para evitar su ruina.

En estas circunstancias el M. I. Sr. Presidente D. Sebastian Alvarez Alfonso Rosica de Caldas, propuso al Ilmo. Señor Obispo y V. Cabildo, que se demoliese el templo y se sacase de cimientos; mas esta propuesta parecía imposible de ponerse en práctica, pues no había de donde sacar la gran cantidad de pesos que se necesitaba para la ejecución de tan grande empresa, no teniendo la Iglesia tesoro ni mas subsidio que las espensas con que la real munificencia acostumbra subvenir en estos casos. Por otro lado causaba lastima haber de derrocar fuertes capillas, añadidas en distintos tiempos, y muchas nuevas. Pero sin embargo de estos obstáculos, y de Ser casi singular la opinión del Señor Presidente, la apoyó con tales razones que hubo de prevalecer: cesaron las dudas con