Página:Compendio de la Historia de la Ciudad de Guatemala Tomos I - II.pdf/759

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
—375—

eficacia de finalizarla, y trasladar á ella la Catedral, para que se solemnizasen las funciones de la semana santa. En efecto, se acabó de enlozar el pavimento, se pusieron las puertas, se adornó la iglesia provisionalmente, lo mejor que se pudo, y se señaló el dia 16 de Marzo, jueves de la semana de pasión, para trasportar la Santa Iglesia Catedral á su propio sitio, que había andado vagante desde el ano de 1773 que se arruinó la de la Antigua Guatemala.

La víspera del espresado dia 16 de Marzo se llevaron en procesión general para la nueva basílica, las imágenes de Nuestra Señora del Socorro, que es muy aclamada y venerada de los fieles, y la del Apóstol Santiago, titular de la Santa Iglesia Catedral. En esta procesión iba por delante la tercera orden de Nuestra Señora del Carmen, y llevaba la imagen de Santa Rosa de Lima, en ademan de hacer el acto político de acompañar á las referidas efigies, que habia hospedado en su casa cerca de 28 años. Seguían las Religiones con sus Patriarcas; y el Clero llevaba los dos referidos simulacros de Nuestra Señora del Socorro y Santiago. Hizo de Preste el Ilmo. Señor Arzobispo, y cerraba la procesión el M. N. Ayuntamiento de esta Ciudad.

El siguiente dia 16 de Marzo se juntó el coro de la Catedral en la iglesia de Santa Rosa, donde rezó la horas menores, y se cantó la misa de la feria: á las ocho de la mañana se hizo seña para comenzar la función con tres solemnísimos repiques y á las nueve se comenzó la bendición de la nueva iglesia, que hizo el Ilmo. Señor Arzobispo, quien también cantó la misa y predicó. Esta augusta ceremonia se ejecutó con el mayor lustre y magestad que se pudo: asistieron á estos actos el Señor Presidente y Real Audiencia, el M. N. Ayuntamiento de esta Ciudad, el Rector y Claustro de la R. y P. Universidad, el Clero secular y regular, y todo el vecindario. La inmediación de la semana santa, y el estilo que inviolablemente observa la iglesia de no celebrar octavas en la cuaresma, no dio lugar á que esta fiesta se solemnizase con actava de sermones, como se practicó en semejante caso el año de 1680; y el ser tiempo en que la misma Santa Iglesia se halla ocupada en llorar la muerte de Nuestro Re-