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198 ISONDÚ


y cuando más tarde tuvo lugar el siniestro, se aferraron en su creencia respecto de los pobres esqueletos.

Los últimos días de mayo pasaron sin que pudieran dejar la bahía de Hammacoia, y habiendo arreciado el tiempo, decidieron los expedicionarios echar Ja embar- cación a tierra para poder salvar la vida.

En aquel naufragio, el marinero Jemmy Howard se dejó atar al timón; pero... hable Bove :

« Pusimos dos cuchillos desnudos cerca de él para que pudiera cortar sus ligaduras, así que su trabajo llegase a ser inútil. No podré olvidar jamás al bravo Jemmy, ama:rado al timón, con los ojos fijos en el que mandaba la maniobra, repitiendo, palabra por palabra, las órdenes que se le daban :

¡Steady, Jemmy!— ¡Steady, Sir! — ¡All right, Jemmy! — ¡A Lright, Sir!» (1).

El San José volaba sin tocar los escollos, felizmente, hasta que tué a enterrar su proa en la arena de un ansa, se tumbó sobre el flanco izquierdo, y los náufragos tu- vieron tiempo de refug:arse en la hendidura de una ba- rranca, con el mar a los pies, y una roca de 200 metros a la espalda.

EJERCICIOS

Hágase resaltar el valor del marino.— Marinos ilustres : Brown, Espora, Grau, Blanco Encalada, Azopardo. — Importancia de los viajes cien- tíficos; importancia que tiene para los marinos el conocer bien las costas de su país. — Marina argentina. — ¿Cuál es la fragata-escuela? — ¿Cuáles son los buques principales de la escuadra?


El relevamiento prolijo de la costa. patagónica fué llevado a cabo por orden del Almirantazgo inglés. En los años 1826 a 1830 ei capitán


(1) ¡Firme, Jenuny! —¡ Firme, Seño:! — ¡Muy blen, Jemmy! — ¡Muy bien, señor!