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LECTURAS VARIADAS 331


108.

El invierno.

El [nvierno, el viejo de cabeza blanca y barbas de nieve, ha llegado. Vino con su cortejo de nieves y ce- lliscas, dz albas cenicientas, noches medrosas y pálido sol. Sobre la alfombra de la nieve, las carretas pasan perezosas, gimiendo; las vacas están encerradas en sus establos; las aldeas parecen muertas en los mudos pai- sajes cubiertos de cristal.

La nieve ha borrado el camino de la montaña; las puertas sólo se abren cuando algún caminante, muerto de frío y de cansancio, golpea la ferrada; no cesa el cuento del fantasmón de roble. Sobre la ruina de todo un pasado, aun vive en la vieja casa solariega la gene- rosa hospitalidad castellana...

¿No oís la canción del viento ? El ábrego silva y muge; viene a través de los montes, silbando en las rendijas como un pastor que tañe su bocina, reuniendo el tímido rebaño para esquivar la torment:.

Fuera de toda ruta, acurrucada al pie de su Abadía, Santillana duerme el sueño invernal, su grave sueño de camposanto. Los cielos lloran sin tregua; las nubes pa- rece que gravitan con sus vientres cargados de agua sobre los negros tejados de la villa; la atmósfera es densa, pesada, abrumadora; el húmedo vaho as la tierra se mete en los pulmones y cala los huesos como el soplo de una cripta.