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Cuentos Clásicos del Norte

bordada de oro, te convertirás en un haz de palos y vestidos destrozados, un saco de paja y una arrugada calabaza. ¡Ahora parte, tesoro mió, y la dicha sea contigo!

—¡Nada temáis, madre! —dijo la figura con voz sonora, lanzando una vigorosa bocanada.—"¡Yo arribaré, si esto es dado a un caballero y a un hombre honrado!

—¡Oh, tú me harás morir! —exclamó la vieja bruja, en una carcajada convulsiva. —Eso estuvo muy bien dicho. ¡Si es dado a un caballero y a un hombre honrado! Representas tu papel a la perfección. Continua siendo un elegante caballero; y yo apostaré en tu cabeza como hombre de meollo y de substancia, provisto de talento y de lo que llaman corazón, y de todo aquello que debe poseer un hombre, contra cualquier otro animal de dos pies. Por ti me creo yo ahora hechicera más hábil que antes. ¿No te he formado acaso? ¡Y desafío a hacer cosa parecida a la mejor bruja de la Nueva Inglaterra! ¡Mira, llévate mi vara!—

La vara, que era un simple palo de roble, tomó inmediatamente la apariencia de un bastón con puño de oro.

—Esta cabeza de oro tiene tanto talento como la tuya, —dijo Mamá Rigby, —y te guiará directamente a la casa del digno magistrado Gookin. Ve allá, mi lindo, querido, precioso, tesoro mío; y cuando pregunten tu nombre, di que te llamas Feathertop (Cabeza Emplumada). Llevas plumas en el sombrero, y arrojé todo un manojo en el