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volvieron al cabo de este tiempo, dijeron á su señor:

«Hemos recorrido todos los desfiladeros de los montes, y no hemos descubierto picas ni capacetes: lo único que hemos hallado en nuestra espedicion es una jóven cristiana de peregrina hermosura, que estaba durmiendo junto á una fuente, y nos la hemos traido cautiva.

—¡Una jóven de peregrina hermosura! esclamó Aben-Habuz, brillando en sus ojos la alegria; que la traigan luego á mi presencia.»

Llevaron con efecto ante el viejo rey á la hermosa doncella, en cuyo trage se veía todo el lujo que distinguia á los godos españoles en la época de la invasion de los sarracenos. Las negras trenzas de sus cabellos estaban entretejidas con rastras