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Diferentes acueductos de construccion árabe conducen de las montañas el agua que circula en abundancia por todo el palacio, llena los baños y los estanques, salta en medio de los salones y murmura bajo los enlosados de mármol. Cuando ha pagado su tributo á la mansion de los reyes y visitado sus prados y jardines, desciende en riachuelos y fuentes innumerables por los lados de la alameda que conduce á la ciudad, y mantiene en perpetua primavera los bosquecillos que embellecen y dan sombra á la colina de la Alhambra.

Se necesita haber habitado en los climas ardientes del mediodía para conocer todo el precio de un retiro, en donde los vientos frescos y suaves de los montes se unen á