FIALHO D'ALMETDA
y su desprecio al mismo tiempo por los artificios de otropel que infundencomo una civilización tuberculo- sa por las villas más populosas de la cercanía; ca- bezas de partido con funcionario: de trescientos mil reis (1) levitín de botones recomidos; o pobres villorríos a los cuales la estación del ferrocarril dió pretensiones de centro culto e hidalga indolen- cia... El circo de montañas altísimas que sirve de fichu a la aldea, aisló de las malas compañías a la po- blación laboriosa, cuya probidad insuperable es en- cantadora de ver... Al mismo tiempo, ¡un respeto por las mujeres, :n desvelo de famiiia para familia, una religión poética y pagana de la naturalezal... Las mu- chachas casaderas salen solas por los campos, a pele y con ropiila corta, atraviesan las eras y los juegos de bolos, los. domingos, con una confianza donairosa que es simpática a todo el mundo,., A la puerta de las cabañas, grupos de hembra* cosen y cantan, en una par llena de candor... En medio de las plazas hay olivares de troncos arrugados donde se enjuga ropa... Los bueyes de trabajo, enormes, teniendo un aspecto de personas de familia, con ligeros saludos de cabe- za a un lado y a otro, pasan junto a las puertas, sin guía, camino de sus corrales, a la hora de beber; o en la gran duerna de la fuente suerben con intermi- tencias perézosas el agua que chorrea por una gotera desarreglada, mientras a sus pies, casi desnudos, col- gándoseles de los cuernos, niños juegan y saltan co-
(1) Trescientos escudos, al año, que, estando el cambio a la par, son unos trescientos duros españoles, o sea el ordenado, el sueldo corriente de un modesto funcio: 2rio.—-N. del 7.
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