Página:David Copperfield o El sobrino de mi tía (1871).pdf/78

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

66
DAVID COPPERFIELD.

— Creo que tendré que volverme á Yarmouth.

— ¿Y qué pensais hacer, mi querida Peggoty? le pregunté pensativo. ¿A dónde vais á ir á probar fortuna?

— Creo que tendré que volverme á Yarmouth, y allí viviré, me respondió.

— Podiais tener que alejaros mas, dije algo tranquilo. Sí, tan lejos que os hubiera perdido para siempre. Volveré á veros, mi querida Peggoty; Yarmouth no es el fin del mundo, y ya vendreis alguna vez que otra á Blunderstone.

— Ciertamente que sí, exclamó Peggoty con animacion : si Dios me da vida y salud, siempre, mientras vos esteis, vendré todas las semanas á estrecharos en mis brazos. Una vez por semana.

Aquella promesa me quitó un gran peso de encima; pero Peggoty aun no me lo habia dicho todo.

— Primero, prosiguió la jóven, voy á pasar quince dias en casa de mi hermano... para tener tiempo de reflexionar y tomar un partido. Ahora bien, he pensado que, como por el momento no sois necesario aquí, quizás os dejarán venir conmigo.

En las circunstancias en que me hallaba, aquello era lo único que podia despertar en mí un sentimiento de placer. Fué un bálsamo para mi corazon la idea de verme rodeado de aquellas personas cariñosas y que mostraban tanto agrado en recibirme, de ir á correr con Emilia el domingo por la mañana por la playa, contarle mis cuitas, coger conchitas, etc.; pero mi esperanza no duró mucho, pues la imágen de miss Murdstone se me presentó de repente : dudaba que quisiese consentir.

Afortunadamente la duda no fué larga; pues cuando nos hallábamos hablando de nuestros proyectos entró miss Murdstone á pasar su revista de