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DE MADRID A NAPOLES

Dio, quo se alzaba cerca de nosotros y á la que conducia una anchísima escalinata. Este famoso templo fue erigido en 1814 por la Ciudad y por el Gobierno para celebrar el fin de la dominación francesa y la vuelta de Víctor Manuel I á su antigua corte. El Pantheon de Roma le sirvió de modelo. Delante del pórtico se ven dos Grupos de escultura, que simbolizan la Fé y el Amor.

Por último: á nuestra izquierda descubríase entre los árboles, y ya en la altura, la Viña de la Reina, residencia de estío, sumamente celebrada; mientras que al otro lado divisábamos el Convento de Capuchinos del Monte, famoso por la mencionada vista de Turin que se disfruta desde su atrio...

Subimos, pues, echándonos para ello al cuerpo una pnedientisima cuesta, sombreada por altos álamos y trazada en redobladas eses...

Una vez arriba, nuestra primera operación fue asomarnos al balcón de piedra que rodea la plazoleta ó compás en cuyo centro se alza el edificio..., y ahora quisiera yo poder daros una idea del extenso y grandioso panorama que se descorrió entonces á nuestros ojos.

Primeramente veíamos debajo del balcón un bosque espesísimo, dispuesto en anfiteatro , de tal modo que , empezando al alcance de nuestra mano, iba á morir al pie de la colina, á la orilla misma del Po...

Después interponíase la ancha faja del sosegado rio, brillante como un espejo, perdiéndose de vista háccia Poniente y Levante, sin que una sola barca turbara su quietud, su tersura, su apacible soledad.

En seguida descubríamos el cinturon de árboles y paseos que rodea á Turin, en sustitución de sus antiguas murallas.

Luego venia la Ciudad, pacíficamente asentada en la llanura, mostrándose toda entera, descubriendo sus calles y plazas, revelando claramente su estructura, como si aun la estuviésemos viendo en un plano.

{Nota. —Turin, á vista de pájaro, es sumamente rojo , por estar cubierto de barnizadas tejas de este color, asi como París es ceniciento oscuro, á causa de estar cubierto de pizarra. —Este rojo subido de los tejados de Turin, hace que las calles se dibujen con estricta precisión, al modo de largas cintas amarillentas, y da lugar á que el caserío contraste vivisimamente con el verde de los campos y con el azul del cielo. — Ahora bien, como la capital del Piamonte carece de grandes torres y cúpulas; como todas sus casas son igualmente altas, y todas las calles se cortan en ángulos rectos, resulta que, al verla desde el convento de Capuchinos del Monte, se comprende la cómica metáfora de un amigo mío muy querido, que comparó á Turin con media libra de chocolate.)

A la izquierda de la ciudad y por detrás de ella, serpentea otro gran rio al través de amenísimas campiñas. —Es el Dora, cuyas aguas entran en el Po á las puertas mismas de Turin.

Mas allá se dilata una pintoresca llanura, cubierta de olivos, sembrada de quintas y de aldeas, y cruzada en todas direcciones por acequias y ca-