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DE MADRID A NAPOLES

Europa: París es el cerebro de la Francia , y la Plaza de la Concordia es, como si dijéramos, el occipucio, la coronilla de París´´. — Nos hallamos, pues, lector amigo, el Himalaya de los pueblos, en su escelsa cima, en el sumo vértice de la gran cordillera social, — cordillera en que España (repelido sea sin amargura) no se alza aún lo bastante (según la última medicion inglesa) para ser clasificada entre las eminencias de primer órden.

Pero seamos circunspectos, que el sitio en que nos encontramos lo merece ciertamente. — Estamos, como quien dice , en el corazón déla sociedad humana, en su centro de vida , en el laboratorio de la historia contemporánea. En torno nuestro se alzan los templos de los modernos dioses. Estamos en la Babilonia, en la Atenas, en la Roma... (y bien pudiéramos decir también en el Escorial) del siglo XIX. — París es hoy la metropóli del universo, como lo fueron en otros dias las tres ciudades y el convento que acabo de citar.

Pekin y Londres son más estensos y más populosos que París. Pero no tienen su poder, su influencia, su fuerza de atraccion. París lo invado todo y todo se lo asimila. Es el modelo imitado por los más remotos pueblos. Sus modas, sus costumbres y su literatura se infiltran lentamente en las cinco partes del mundo. — El español ó el turco que adopta los usos de Londres , por ejemplo , es un estra vagante : el que adopta los de París es un hombre comm'. il faut. — París se ha impuesto al género humano. El hace y deshace reputaciones y figurines. El crea necesidades, inventa placeres, proscribe tradiciones , estirpa creencias , forja verdades convencionales, da leyes y trabajos á toda la humanidad. — París, pues es el arbitro, dictador de nuestra época, y nada será más justo que hacerlo responsable del porvenir de Europa.

Porque no lo hemos dicho todo: París (desde hace algunos años) ha reunido á su gran poder moral, un poder material ( político y guerrero) de los más colosales que registra la historia. — El Imperio del primer Napoleon era más vasto que el de su Sobrino; pero la voluntad de éste es mucho mas eficaz, mas eficiente , mas poderosa. Aquel reinaba nominalmente en media Europa: este la gobierna toda entera. El uno mandaba: el otro influye. Napoleon I conquistaba, dominaba, aprisionaba ejércitos y naciones: Napoleon III lo descompone, lo disuelve, lo desorganiza todo. El difunto era una violencia : su heredero es una enfermedad.

Hace muy poco tiempo, Rusia é Inglaterra, las aliadas de 1815, se repartian el señorío de la tierra y de los mares. San Petersburgo representaba la autoridad: Londres la revolucion. El Derecho antiguo miraba atribulado hacia el palacio de los Czares: la Libertad perseguida ponia su esperanza en Vittehall. El poder político y militar de la Francia de Luis Felipe era por tanto completamente nulo. — Hoy acontece todo lo contrario: Francia ha vencido á Rusia en el terreno de las armas, y á Inglaterra en el terreno diplomático. Después de Sebastopol y Villafranca, Napoleon ha absorbido ambos poderes , haciéndose á un mismo tiempo de Anibal Carracci, quien, ayudado de su hermano Agustin, del dis-