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DE MADRID A NAPOLES

opuesto litoral africano; en una Málaga, en una Marsella ó en un Nápoles; en un pueblo levantisco , en fin , animado por el comercio , enriquecido por las olas, amigo, sino dueño, de otras muchas poblaciones marítimas situadas en apartados mares, como lo fueron Pisa, Venecia y Cádiz y los antiguos puertos fenicios y cartagineses.

Y, al mismo tiempo que la fisonomía material de Génova, veis, con los ojos de la imaginación, su íisonomía histórica. — La Ciudad en que entráis es Génova la Soberbia, emporio del comercio durante muchos siglos; — (jue compartía el dominio de los mares con Venecia y Pisa, y las combatió y las venció; — la que llevó á los Cruzados á Oriente; — la que ganó tierras y estableció colonias en el Archipiélago griego, en Crimea, en el mismo Bósforo; — la de las revueltas y conmociones populares, inquieta siempre por su libertad; — la que cambió cien veces de forma de gobierno, ensangrentando un dia y otro sus plazas y sus calles, y sufrió el yugo extranjero con la misma facilidad que lo rompió entre sus manos, según le pareció mejor á sus inconstantes hijos; — la de aquellos Dux (no menos gloriosos que los de Venecia) que se llaman Simón Bocanegra, Adorno, Fregoso, Montalto; — la de los Doria, Fieschi, Grimaldi y Spinola, patricios ilustres, famosísimos guerreros por mar y tierra, entre los que se cuenta el insigne Andres Doria , acaso la primera figura de su siglo , y eso que vivió en el siglo de los grandes capitanes... : — Génova, en fin, la patria de Cristóbal Colon,... ¡titulo el más grande que tiene á la veneración y al amor de los españoles que la visitan!

¡Cristóbal Colon! — La primera cosa que vimos al entrar en la ciudad (en una pequeña Plaza que se encuentra al salir de la Estación del ferro-carril) es un Monumento — empezado hace muchos años y que ahora se trata de concluir — en honor del infortunado y sublime descubridor del Nuevo-Mundo.

Al votar la Ciudad de Génova este público testimonio de admiración al más ilustre de sus hijos, ha dado una prueba de noble abnegación; — pues el descubrimiento de América acabó por ser tan perjudicial á los genoveses como antes lo había sido á los venecianos, según hemos dicho en otra parte. El señaló la hora de la decadencia de las Repúblicas comerciales de Italia; él arruinó el tráfico de Oriente; él empobreció á los navegantes que iban á Constantinopla y á Alejandría á esperar las caravanas cargadas con las riquezas de la India. La aparición del Continente Americano, verificada bajo los auspicios de la Nación española y coincidiendo con el descubrimiento del Cabo de Buena-Esperanza, despobló de naves el Mediterráneo, y dio suma importancia á Cádiz. -«;Plus ultra!» exclamaron todos los pueblos de Europa, lanzándose al Occidente...

¡Y, sin embargo, Génova tributa homenajes y alabanzas y erige monumentos á su inmortal hijo! — Entre tanto, España, que debió un mundo al peregrino de la Rápita ; que le debió la mayor gloria que ilustra los anales de pueblo alguno; que le debió tantas riquezas, tanto esplendor y tanto poderío . no ha levantado todavía una estatua, una sencilla piedra.