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DE MADRID A NAPOLES

amenazante aspecto, é imaginar que aquella mole puede caerse, se teme por la Torre misma; no por los edificios ni por los hombres que cogiera debajo.

Su forma es cilíndrica, y se compone de ocho elegantes columnatas circulares levantadas unas sobre otras. La altura general de tan gracioso edificio es de 54 metros. Su inclinación fuera de la perpendicular, 4 metros, 319 centímetros. — Por lo demás, está ya averiguado que los autores del Campanile (Bonnano de Pisa y Guillermo d'Insbruck, famosos arquitectos del siglo XII) no se propusieron de modo alguno hacer una torre inclinada; pero que, habiendo cedido el terreno y desniveládose su obra cuando ya hablan construido los cuatro primeros pisos, concibieron la idea de seguirla diagonalmente, vista la celebridad que gozaban las Torres Inclinadas de Bolonia. Así es que sólo desde el cuarto piso en adelante, las columnas de un lado son más altas que las del otro; diferencia que habría habido entre ellas desde el primer piso , sí el objeto hubiese sido desde luego (como lo fué después, y á la postre se consiguió) que el plano superior de la Torre resultase horizontal, sin que ésta perdiese por ello á primera vista sus armoniosas proporciones.

Al pie del Campanile dice una lápida que Galileo hizo en él largos estudios acerca de las leyes de la gravedad. — A lo que yo respondí mentalmente :

— ¿Quién sabe lo que debe la ciencia á la inclinación de esta Torre? Aquí Galileo, con un hilo y un plomo, descubrió el secreto del universo, el movimiento de la Tierra, las afinidades de los astros. En seguida, iniciado ya en el misterio de la atracción, inventa el telescopio, y sumerge su mirada en las profundidades del infinito.... — Todo esto se hubiera hecho después; yo no lo dudo; pero ¿cuándo? — ¿Por dónde iríamos hoy? ¿No son de nuestro tiempo la invención de la telegrafía eléctrica, la aplicación del vapor, los prodigios de la fotografía? — ¡Pues bien pudiéramos lo mismo haber leído ayer, verbi gratia, entre el chocolate y el almuerzo, al hojear una Revista de Ciencias, la singular noticia, la asombrosa novedad, de que el Sol no viaja alrededor de la Tierra, sino que la Tierra está en continuo movimiento en torno de su eje y alrededor del Sol, sin que por eso se vacíen los mares, ni se nos suba, digo, se nos baje la sangre á la cabeza ! — ¿Qué? ¿No nos aguardan todavía sorpresas de este tamaño? ¿Sabemos por ventura los milagros que encierra esa frase escarnecida, — befada como todo lo grande y noble que ha aparecido en el horizonte de las ciencias, de la moral, de las artes y de la literatura; esa frase, que equivale á una profecía, y de la cual abusan hoy los impostores, los charlatanes y los empíricos; esa frase, en fin, que encierra todo el misterio de la naturaleza humana... — el magnetismo animal, para decirlo de una vez?

     Siente bajo su planta Galileo
nuestro globo rodar... La Italia ciega
!e ofrece en premio un calabozo impío...
y el globo en tanto sin cesar navega
por el piélago inmenso del vacío.