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DE MADRID A NAPOLES

Roma, ciudad eclesiástica, el militarismo es el summum de la poesía en acción. — Comoquiera quesea, tuve el gusto de ver sobre las tablas á O'Donnell, Ros de Olano, Prim, Zabala y otros respetables amigos mios, que me costó mucho trabajo reconocer, asi como á Muley-el-Abbas, Muley-Hamet y una falange numerosa de infieles.

A muchos rarezas y sustituciones por el mismo estilo da lugar fre- cuentemente en los teatros de Roma el carácter clerical de las Autoridades Pontificas. Por ejemplo: los jueves acaban forzosamente las representaciones antes de la media noche, á fin de evitar la profanación del viernes. — Un dia de vigilia, creo que víspera de San Pedro, anuncióse en el mismo Teatro Albert una comedia, traducida de un vaudeville francés, titulada la Cena de los dos pollos , comedia en que los actores fingen comerse aquellos dos volátiles; mas hé aquí que el señor Mateucci (Monsignor Gobernalore) encontró absurdo que ni por broma ó en apariencia comiese nadie pollos en un (¡iorno di magro , é hizo cambiar el título de la pieza por el de La cena de los dos besugos.

Semejantes nimiedades son á veces demasiado significativas: — V. gr. En la Norma , se suprime el dúo de tiples en que figuran los dos niños, por considerarse que una sacerdotisa no debe aparecer con hijos... — ¿Es este un celo pagano trasnochado, ó es un escrúpulo genealógico ó etimo- lógico... de ciertas instituciones?

Hay más... (aunque esto ya se justifica racionalmente): la Lucrezzia Rorgia de Donizetti se representa en Roma con el título de Elisa da Fosco. — ¡ Bueno es que se ignore un poco la historia , sobre todo por la plebe irreflexiva!

También comprendo que la acción de la Favorita se haya trasladado al África y que los personajes vistan el jaique en lugar del hábito. — Cuan- do no hubiera otras razones que la abonaran, todavía podría explicarse esta mutación como necesidad estética... — Recuérdese lo que dije más arriba hablando de las evoluciones que hacen las tropas en la escena entre un diluvio de aplausos. — Pues bien; por la misma razón que es interesante en Roma la milicia, dejan de serlo los frailes. Lo poético debe ser pere- grino: lo que se ve con frecuencia no se presta á las ilusiones de la fantasía.

Y esta es la ocasión de decirlo, por si no se me presenta otra mejor: en Roma hay (lo copio de una Estadística) alrededor de 40 Obispos; 1,835 Sacerdotes; 2,474 Religiosos; i, 657 Seminaristas y Colegiales; 2,032 Re- ligiosas, y 2,613 Pensionistas en los conventos y orfelinatos. Las Congre- gaciones de Religiosos (que ascienden á 55 y que reúnen el número de frailes arriba expresados) se dividen en: Basilios, 1; Benedictinos, 21; Camaldulenses , 20; Cartujos, 17; Monges de vallembreuso, 8; Cister- cienses, 39; Olivetanos, 15; y Armenios, 1. — Las Ordenes mendicantes tienen: 172 Dominicos; 2H Menores déla observancia; 136 Reformados: 41 Alcantarinos; 89 Conventuales; 196 Capuchinos; 23 Carmelitas de la antigua observancia; 79 Carmelitas descalzos; 57 Servitas; 5 de la Mer-