después de seducir á un «viejo rico» como ellas dicen, siguen viniendo á dormir, de vez en cuando, con sus antiguos amantes... Ya las verás: todas tienen algún ingenio y muchas pretensiones, pero son excelentes chicas que creen en el Arte, que se peinan á la Boticelli y que odian á los burgueses...
— ¿Son bonitas? —preguntó Liliana.
Carlos levantó los hombros desdeñosamente:
— ¿Bonitas? Eso es siempre relativo... Al lado tuyo, más bien parecerán feas. Ya las verás.
El carruaje se detuvo.
— Hemos llegado —dijo Carlos—. No te olvides de que para toda esa gente te llamas la Muñeca, y eres actriz... Dame un beso Lili...
— Toma —respondió Liliana, besando apasionadamente los labios de su amante—; es el último hasta que volvamos á casa... ¡tres horas sin caricias!... ¡qué fastidio!...