viembre, siendo una consecuencia del ajuste y equilibrio de nuestras fuerzas sociales, es también el que más se adapta a las circunstancias de la vida contemporánea.
Tanto en el pensamiento como en la forma, el discurso que pronuncié aquel memorable día, fue clarísimo. Y no es con el comentario turbio, y con publicaciones tendenciosas, de frases isoladas, que puede ser interpretado. No retrocedo un paso, no retracto ningúno de los conceptos emitidos, por tener sobrados motivos para reafirmarlos integralmente. Los que siempre vivieron politiqueando en vez de hacer patria, los sensacionalistas obstinados en mantener errores, los eternos descontentos, unos y otros faltos de dignidad cívica, y hasta algúnos que no faltándoles la buena fé, pretendieron agitar el ambiente, no se dieron cuenta, quizás, que estaban siendo colaboradores en la exploración de los agentes de perturbaciones internacionales, pagados para fomentar disensiones al servicio de odios y objetivos inconfesables. Es facil descubrir e identificar esos elementos nocivos, entre los oportunistas de todos los tiempos, entre los fo-