Jaques.—¿Podríais enumerar ahora por su orden los grados de la mentira?
Piedra.—¡Oh señor! Así como tenéis libros para los buenos modales, tenemos también las querellas en letra de molde, en libro. Os enumeraré los grados. Primero, la réplica cortés; segundo, el sarcasmo modesto; tercero, la réplica grosera; cuarto, la repulsa valiente; quinto, el rechazo turbulento; sexto, el mentís condicional; séptimo, el mentís directo. Podéis evadir todos estos, excepto el mentís directo; y aun este se puede evadir por medio de un si hipotético. Supe de una querella que siete jueces no habían podido arreglar; pero cuando los contendientes se encontraron uno frente á otro en el terreno, ocurriósele á uno de ellos aquel si, como por ejemplo: «Si dijisteis tal cosa, entonces dije tal otra;» y se dieron la mano y se juraron amistad eterna. Es increíble lo que puede el si hipotético.
Jaques.—Alteza: ¿no es éste un curioso sujeto? Lo mismo sirve para todo; y, sin embargo, es un bufón.
Duque.—De esa calidad se sirve como de una emboscada, y escondido desde ella dispara sus agudezas. (Entran Himeneo, conduciendo á Rosalinda en traje de mujer, y Celia.)
Himeneo. Hay regocijo en el cielo
cuando las cosas del suelo
acordes y unidas son.
Recibe á tu hija querida
¡oh duque! y une su vida
al que está en su corazón.
Para cumplir tal deseo
te la ha traído Himeneo
de la celeste región.