Página:Dramas de Guillermo Shakspeare - Volumen 2 (1883).pdf/216

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
198
COMEDIA DE EQUIVOCACIONES.

luz deseada, los mares se calmaron gradualmente, y descubrimos en lontananza dos barcos que navegaban sobre nosotros; de Corinto el más lejano, y el otro de Epídoro. Pero antes de que nos hubiesen alcanzado... ¡Oh! no me obliguéis á decir más; conjeturad lo que aconteció por lo que acabáis de oir.

El duque.—Prosigue, anciano: no interrumpas tu relato; podemos al menos compadecerte si no podemos perdonarte.

Ægeón.—¡Oh! ¡Si los dioses nos hubiesen compadecido, no les llamaría ahora con tanta justicia desapiadados hacia nosotros! Antes que los dos barcos hubiesen avanzado á diez leguas de nosotros, dimos contra una grande roca; é impulsado con violencia sobre este escollo, nuestro mástil de socorro fué roto por el medio; de tal modo que, en esta nuestra injusta separación, la fortuna nos dejó á los dos de qué regocijarnos y de qué afligirnos. La mitad que llevaba á la infeliz y que parecía cargada de menor peso, aunque no de menor infortunio, fué impulsada con más velocidad por los vientos: y fueron recogidos los tres á nuestra vista por pescadores de Corinto, á lo que nos pareció. Finalmente, otro barco se había apoderado de nosotros; y llegando á conocer sus tripulantes quiénes eran aquellos que la suerte les había conducido á salvar, acogieron con benevolencia á sus náufragos: y hubiesen alcanzado á quitar á los pescadores su presa á no haber sido el buque tan mal velero. Se vieron, pues, obligados á dirigir su rumbo hacia la patria.—Habéis oído cómo he sido separado de mi dicha y cómo mi vida ha sido prolongada por adversidades para haceros el triste relato de mis desventuras.

El duque.—Y, en bien de los que lloras, hazme el favor de decir detalladamente lo que os aconteció á ellos y á ti hasta ahora.

Ægeón.—Mi hijo menor, que es el mayor en mi cui-