Página:Dramas de Guillermo Shakspeare - Volumen 2 (1883).pdf/220

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
202
COMEDIA DE EQUIVOCACIONES.

chancear: dime y sin tergiversar ¿dónde está el dinero? Somos extranjeros aquí. ¿Cómo osas confiar á otros la custodia de una cantidad tan fuerte?

Dromio.—Os ruego, señor, chancead cuando os sentéis á la mesa para comer. Corro á todo escape á buscaros de parte de mi ama: si vuelvo sin vos no tendré escape para que ella no me escriba vuestra culpa en el hocico. Me parece que vuestro estómago debería, como el mío, hacer veces de reloj y llamaros al albergue sin necesidad de mensajero.

Antífolo.—Vamos, vamos, Dromio, estas chanzas están fuera de razón. Guárdalas para hora más alegre que esta. ¿Dónde está el oro que he confiado á tu cuidado?

Dromio.—¿Á mí, señor? ¡Pero si no me habéis dado oro!

Antífolo.—Vamos, señor bergante, dejad vuestras tonterías y decidme ¿cómo has dispuesto de lo que te confié?

Dromio.—Todo lo que se me ha confiado es el conduciros del mercado á casa, al Fénix, para comer: mi ama y su hermana os esperan.

Antífolo.—Tan verdad como soy cristiano, quieres responderme ¿en qué lugar de seguridad has puesto mi dinero? Ó voy á romper tu atolondrada cabeza que se obstina en la broma cuando no estoy dispuesto á ello: ¿dónde están los mil fuertes que has recibido de mí?

Dromio.—He recibido de vos algunos fuertes en la cabeza, algunos otros de mi ama sobre las espaldas, pero nunca mil fuertes entre vosotros dos. Y si los devolviera á vuestra señoría, quizá no los soportaría en paciencia.

Antífolo.—¡Los fuertes de tu ama! ¿Y qué ama tienes tú, esclavo?

Dromio.—La esposa de vuestra señoría, mi ama,