Página:Dramas de Guillermo Shakspeare - Volumen 2 (1883).pdf/241

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
221
COMEDIA DE EQUIVOCACIONES.

Dromio de Siracusa.—Que se marche por donde vino, no sea que coja frío en los piés.

Antífolo de Éfeso.—¿Quién habla ahí dentro? ¡Hola! abrid la puerta.

Dromio de Siracusa.—Bien, señor; os diré el cuándo si me decís para qué!

Antífolo de Éfeso.—¿Para qué? Para sentarme á comer; no he comido hoy.

Dromio de Siracusa.—Ni comeréis hoy aquí; volved cuando podáis.

Antífolo de Éfeso.—¿Quién eres para cerrarme la puerta de mi casa?

Dromio de Siracusa.—Soy portero por el momento, señor, y mi nombre es Dromio.

Dromio de Éfeso.—¡Ah! bandido! me has robado á la vez mi empleo y mi nombre. El uno no me ha dado jamás honra y el otro me ha traído amargos reproches. Si hubieses sido Dromio hoy y hubieses estado en mi lugar, habrías cambiado con gusto tu facha por un nombre, ó tu nombre por un asno.

Lucía.—(Del interior de la casa.) ¿Qué barullo es ese? ¿Dromio, qué gente es esa que está en la puerta?

Dromio de Éfeso.—Lucía, haz entrar á mi amo.

Lucía.—No, ciertamente: viene demasiado tarde; puedes decírselo á tu amo.

Dromio de Éfeso.—¡Santo Dios! Es necesario que ría.—Á vos el proverbio. ¿Debo colocar mi bastón?

Lucía.—Y á vos este otro; quiere decir ¿cuándo? ¿Podéis decirlo?

Dromio de Siracusa.—Si tu nombre es Lucía, Lucía le has respondido bien.

Antífolo de Éfeso.—¿Oyes, tontuela? ¿Espero que nos dejarás entrar?

Lucía.—Pensaba habéroslo preguntado.

Dromio de Siracusa.—Y habéis dicho que no.