Página:Dramas de Guillermo Shakspeare - Volumen 2 (1883).pdf/289

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
267
COMEDIA DE EQUIVOCACIONES.

Antífolo de Éfeso.—No, á eso digo yo no.

Antífolo de Siracusa.—Y convengo con vos; aunque ella me haya dado este título...., y que esta bella señorita, su hermana, que he ahí, me haya llamado su hermano.—Lo que os he dicho entonces, espero tener un día la ocasión de probároslo, si todo lo que veo y oigo no es un sueño.

Angelo.—He aquí la cadena, señor, que habéis recibido de mí.

Antífolo de Siracusa.—Lo creo, señor, no lo niego.

Antífolo de Éfeso (á Angelo).—Y vos, señor, me habéis hecho prender por esta cadena.

Angelo.—Creo que sí, señor; no lo niego.

Adriana (á Antífolo de Éfeso.)—Os he enviado dinero, señor, para serviros de caución, por Dromio; pero creo que no os lo ha llevado. (Señalando á Dromio de Siracusa.)

Dromio de Siracusa.—No, yo no.

Antífolo de Siracusa.—He recibido de vos esta bolsa de ducados; y es Dromio, mi criado, quien me la ha traído: veo ahora que cada uno de nosotros ha encontrando el criado del otro; yo he sido tomado por él, y él por mí; y de aquí han provenido todas estas equivocaciones.

Antífolo de Éfeso.—Empeño aquí estos ducados por el rescate de mi padre, que he aquí.

El duque.—Es inútil; doy la vida á vuestro padre.

La cortesana (á Antífolo de Éfeso.)—Señor, es necesario que me volváis este diamante.

Antífolo de Éfeso.—Helo aquí, tomadle, y muchas gracias por vuestra buena carne.

La abadesa.—Ilustre duque, dignaos daros la molestia de entrar con nosotros en esta abadía; oiréis la historia entera de nuestras aventuras. Y vosotros