Página:Dramas de Guillermo Shakspeare - Volumen 2 (1883).pdf/301

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
279
DE WINDSOR.

Bardolfo.—Por mi parte, lo que digo es que el caballero bebió hasta perder los cinco sentimientos.

Evans.—Los cinco sentidos, se dice. ¡Santo Dios! ¡Qué ignorancia!

Bardolfo.—Y estando achispado, le arreglaron las cuentas, como dicen, y así se acabó el cuento.

Slender.—Sí, y entonces hablaste en latín pero no importa. Nunca, jamás me emborracharé mientras viva otra vez, sino en honrada y buena sociedad, á causa de este percance. Si me emborracho, me emborracharé con los que tienen temor de Dios, y no con ebrios bribones.

Evans.—Que Dios me juzgue, como es cierto que ese es un propósito de virtud.

Falstaff.—Oís, señores, que todos esos cargos han sido negados. ¿Lo oís? (Entra Ana Page, trayendo vino, seguida por la Sra. Ford y la Sra. Page.)

Page.—No, hija. Llévate el vino. Beberemos allá dentro.

(Sale Ana Page.)

Slender.—¡Oh cielos! Esta es la señorita Ana Page.

Page.—¿Cómo va, señora Ford?

Falstaff.—Por vida mía, señora Ford, sois muy bien venida. Con vuestro permiso, buena señora.

(La besa.)

Page.—Esposa mía, da la bien venida á estos caballeros. Venid, tenemos un buen pastel caliente de cacería para la comida. Vamos, señores, que ahogaremos en el vino todo resentimiento.

(Salen todos menos Pocofondo, Slender y Evans.)

Slender.—Daría cuarenta chelines por tener aquí mi libro de canciones y sonetos. (Entra Simple.) ¡Cómo! Simple ¿dónde habéis estado? Tendré que ser mi propio sirviente, ¿no es así? ¿Ni tenéis tampoco á la mano el libro de los enigmas, por supuesto?

Simple.—¡El libro de los enigmas! ¿Pues no lo pres-