Página:Dramas de Guillermo Shakspeare - Volumen 2 (1883).pdf/321

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
299
DE WINDSOR.

Sra. Page.—Consultemos juntas acerca de ese gordo caballero. Venid conmigo.

(Se retiran.—Entran Ford, Pistol, Page y Nym.)

Ford.—Bueno: espero que no será así.

Pistol.—Espero es en muchos negocios un perro sin cola, un carro sin ruedas. Sir Juan es aficionado á tu esposa.

Ford.—Pero, hombre! si mi esposa no es joven!

Pistol.—El hace la corte á la dama y á la fregona, á la rica y á la pobre, á la joven y á la vieja, una tras otra, ó dos ó más á la vez. Le gusta la variedad. Ponte en guardia, Ford.

Ford.—¡Ama á mi mujer!

Pistol.—Con un calor de quemarse. Toma tus precauciones, ó te vas á encontrar de repente como aquel sir Acteón, que tenía al otro sobre los talones. ¡Oh, y qué nombre tan odioso!

Ford.—¿Qué nombre, si gustáis?

Pistol.—El nombre de cuerno. Adios. Para mientes y abre el ojo, pues de noche es cuando los ladrones están en pié. Y no esperes hasta que llegue el verano y empiecen los cuclillos á repetir la cantinela. En marcha, señor cabo Nym. Créele, Page; te habla en razón.

Ford.—Tendré paciencia hasta descubrir lo que haya en esto.

Nym.—Y es la verdad. No gusto de mentiras. Hízome agravio en algunos caprichos. Yo debía haber llevado aquella pícara carta á vuestra esposa; pero tengo una espada que me ayudará á satisfacer mi necesidad. Lo que hay en todo esto es que él ama á vuestra esposa; y lo digo y lo sostengo, como que mi nombre es Nym. Es la verdad, y Nym me llamo, y Falstaff anda enamorado de vuestra esposa. Adios. No me antojo de venderme por pan y queso, y es toda la fantasía que hay en ello.

(Sale Nym.)

Page.—«La fantasía que hay en ello,» ha dicho.