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CONVERSACIONES CON GOETHE
TOMO II
1828
Domingo 15 de junio de 1828.
Poco tiempo llevábamos sentados a la mesa, cuando anunciaron al señor Seidel con sus tiroleses. Los cantores fueron introducidos en la habitación del jardín; a través de la puerta abierta se los veía muy bien, y sus cantos sonaban a conveniente distancia. El señor Seidel se sentó con nosotros a la mesa. Las canciones y gritos de los alegres tiroleses agradaron mucho a los jóvenes. A la señorita Ulrica y a mí nos gustaron especialmente el Ramillete y A ti es a quien llevo en el corazón, cuya letra pedimos. En cambio, Goethe no parecía tan encantado como nosotros. "Para saber cómo saben las cerezas y las fresas—dijo—, hay que preguntárselo a los niños y a los gorriones." Entre canción y canción, los tiroleses toca-