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CAPÍTULO XXIII.


La escalera.—Educacion del búfalo, mono y águila.—Canal de bambúes.


Apénas rayó el alba, nos levantámos mi hijo mayor y yo, preocupados con la idea de la gran tarea que íbamos á emprender. A la verdad, la empresa me pareció al principio superior á mis fuerzas; pero evidenciándome la experiencia que perseverando la inteligencia humana supera todos los obstáculos, y no careciendo de fortaleza de ánimo, no me pesó esta ocasion de infundirla en mis hijos, á quienes veia crecer y desarrollarse en medio de una actividad continua que borraba de su memoria hasta el recuerdo de Europa y los goces que allí hubieran podido disfrutar.

Examinando el tronco de la higuera, parecióme asequible labrar en el hueco la escalera de caracol que tenia en proyecto, una vez que tenia el espacio suficiente para fijar el pié derecho como eje de la espiral que girase á su alrededor.

Despues de haber llamado á consejo á los noveles operarios, pues Ernesto y Santiago no tardaron en presentarse, comenzámos por practicar en la base del árbol, por el lado que daba al mar, una abertura para que en ella encajara la puerta que se habia quitado del camarote del capitan en la nave, provista como estaba de picaporte y cerradura. Una vez hecho el boquete, no fue dificultoso desbastar la parte interior del tronco, que estaba casi apolillado, con auxilio de las herramientas. Despejado el espacio, fijámos en el centro un mástil de unos diez piés de altura, que debia formar el eje de la escalera; y aserradas ya desde la víspera las tablas triangulares para los escalones, con el escoplo y martillo se fuéron haciendo encajes ó ranuras al rededor del tronco, que correspondian á otras practicadas en la espiga central; y apoyados en ellos y sujetos con clavos se colocaron en espiral los escalones hasta llegar al extremo del pilar del centro. Llegados aquí, lo empalmámos con otro preparado al efecto, á cuyo alrededor se siguieron colocando peldaños, y reiterada esta operacion cuatro veces, llegámos hasta el piso de nuestra habitacion. Para precaver toda desgracia se fijaron