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retrato de las acciones. De suerte que los hechos y la fábula son el fin de la Tragedia (y no hay duda que el fin es lo mas principal en todas las cosas), pues ciertamente sin accion no puede haber Tragedia: mas sin pintar las costumbres puede muy bien laber la: dado que las Tragedias de la mayor parte de los modernos no las expresan. En suma, á muchos Poetas ha sucedido lo mismo que entre los pintores á Zeuxis respeto de Polignoto: que éste[1] copia con primor los afectos[2], quendo las pinturas de aquel no expresan ninguno. Además que aunque alguno acomóde discursos morales, cláusulas, y sentencias bien torneadas; no por eso habrá satisfecho á lo que exíge de suyo la Tragedia: pero mucho mejor Tragedia será la que usa ménos de estas cosas, y se atiene á la fábula y ordenacion de los sucesos. Mas, las principales cosas con que la Tragedia recrea el ánimo, son partes de la fábula, las[3] Peripecias y Anagnorisis. Prueba de lo mismo es, que los que se meten á Poetas, ántes aciertan á perficionar el estílo y caracterizar los sugetos, que no á ordenar bien los sucesos, como se vé en los Poetas antiguos casi todos.

4 Es pues la fábula lo supremo y casi el alma de la Tragedia: y en segundo lugar entran las costumbres. Eso mismo acaece en la pintura: porque si uno pintáse con bellísimos colores[4] cargando la mano; no agradaria tanto como el que biciese un buen retrato con solo albayalde: y ya se dixo que la fábula es retrato de la accion, y no mas que por su causa, de los agentes. La tercera cosa es el dictámen: esto es, el saber decir lo que hay y cuadra al asunto: lo quel en materia de pláticas es propio de la política y retórica: que aun por eso los antiguos pintaban á las personas razonando en tono político; y los modernos