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ejemplo constante de cristiana resignación de virtudes que eran enseñanza provechosa para los vástagos á que había dado existencia ese tronco carcomido yá por el dolor y los años...

Libre la Pátria, inútil él para servirla, concentró todo lo que le quedaba del naufrajio de su vida, alma y corazon, en el hogar que calentaba con sus tiernos afectos y que abrigaba á aquellos anjelitos de ojos azules y cabellos de oro, cuya felicidad era su postrer aspiración, cuya existencia era su más preciada corona de abuelo, y á quienes legó la sublime pasión, el entrañable amor á la tierra á que sacrificára todo y que hoy guarda sus despojos con cariño de madre.

¡Qué hermosa, tierna y melancólica escena la que iluminaba con rayos de gloria aquella humilde mansión de soldado en los dias legendarios de la Pátria!

Abrazaban ámorosamente la tierra arjentina, bañandola de luz, los rayos primeros del sol del 25 de Mayo, y el anciano guerrero, conducido de la mano por su nieta predilecta, se sentía renacer al sentir su calor en la frente coronada de cabellos blancos, y su alma se elevaba á las alturas como en nube de sacro incienso envuelta en los arpéjios celestiales de una voz de niña que entonaba las estrofas vibrantes da nuestra inspirada canción nacional!

Era la voz de su nieta más querida aquella que exaltaba el alma del viejo guerrero, del anciano abuelito, evocando recuerdos de otros días, de otros tiempos de gloria que pasaron tal vez para nó volver! Era la voz tierna como un arrullo, diáfana como el cielo de la Pátria, sentida como la plegaria de