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Don Quijote.

decir esto y el tenderse en el suelo, todo fué à un mesmo tiempo, y al arrojarse hicieron ruido las armas de que venia armado, mani- fiesta señal por donde conoció Don Quijote que debia de ser caba- llero andante: y llegándose á Sancho que dormia, le trabó el bra- zo, y con no pequeño trabajo le volvió en su acuerdo, y con voz baja, le dijo:-Hermano Sancho, aventura tenemos.-Dios nos la de buena, respondió Sancho, ¡y adónde está, señor mio, su merced desa señora aventura?-¿Adónde, Sancho? replicó Don Quijote, vuel- ve los ojos y mira, y verás allí tendido un andante caballero, que á lo que á mí se me trasluce, no debe de estar demasiadamente ale-. gre, porque le vi arrojar del caballo y tenderse en el suelo con al- gunas muestras de despecho, y al caer le crujieron las armas. ¡Pues en qué halla vucsa merced, dijo Sancho, que esta sea aven- tura? No quiero yo decir, respondió Don Quijote, que esta sea aventura del todo, sino principio della, que por aquí se comienzan las aventuras. Pero escucha, que á lo que parece, templando está un laud ó vihuela, y segun escupe y se desembaraza el pecho, debe de prepararse para cantar algo.-A buena fe que es así, respondió Sancho, y que debe de ser caballero enamorado.-No hay ninguno de los andantes que no lo sea, dijo Don Quijote, y escuchémosle, que por el hilo sacarémos el ovillo de sus pensamientos, si es que canta: que de la abundancia del corazon habla la lengua.-Repli- car queria Sancho á su amo, pero la voz del caballero del Bosque, que no era muy mala ni muy buena, lo estorbó, y estando los dos atónitos, oyeron que lo que cantó fué este:


SONETO. Dadme, señora, un término que siga, Conforme á vuestra voluntad cortado, Que será de la mia así estimado, Que por jamas un punto dél desdiga. Si gustais que, callando mi fatiga, Muera, contadme ya por acabado: Si quereis que os la cuente en desusado Modo, haré que el mesmo amor la diga. A prueba de contrarios estoy hecho, De blanda cera y de diamante duro, Y á las leyes de amor el alma ajusto. Blando cual es, ó fuerte, ofrezco el pecho: Entallad, ó imprimid lo que os dé gusto,

Que de guardarlo eternamente juro.