Página:El libro de los cuentos.djvu/221

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
EL LIBRO DE LOS CUENTOS. — 221

Vino á tomar por alivio
Consolarse con la albarda;

De manera que imagino
Que fué consuelo tenella,
Pues sintió menos con ella
La pérdida del pollino.


Pensamientos.

Nadie halla en un libro mas talento del que tiene él mismo.

— En las obras de los demás, el tonto busca los defectos, el sabio las bellezas.

— Un tonto puede pensar algunas veces, pero siempre según su tontería.

— La curiosidad se aumenta con la instrucción.


Esopo segundo.

Un joven de talento, pero de una figura bastante fea, oyó decir á varias personas que le seguían en el Retiro: «parece un Esopo;» al instante volvió la cabeza y dijo:

— Tenéis razón, porque hago hablar á las bestias.


Los treinta años clavados.

Decia frecuentemente Fabia Dolabela que tenia treinta años.

— Verdad debe ser, replicó Cicerón, porque hace mas de veinte que lo dices.


El amigo desconocido.

Al llegar á Lyon el conde de Alest fué conduciüo á casa del gobernador, que no lo conocía, y lo recibió con orgullo, diciendo:

— Amigo mió, ¿qué dicen en Paris?

— Misas.

— Ya; ¿pero qué ruido corre?

— El de los carruajes.