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274 — BIBLIOTECA DE LA RISA.

una noche ladrones en su casa, luego que los vio, les dijo;

— Buscad, buscad, me alegraré de veros hallar de noche lo que yo no encuentro de dia.


El perdón por delante.

Dijo una mujer á su abogado:

— Yo perdono la muerte de mi marido.

— ¿Quién lo mató?

— Señor, no es muerto; pero si llegase á serlo, yo perdono á quien lo matare.


Datos biográficos de Adam.

Es indudable que los conocimientos humanos han tomado un vuelo increíble en los últimos años; pero si los ferro-carriles y los telégrafos eléctricos son invenciones que merecen llamar la atención de los sabios, no tienen menor importancia las investigaciones arqueológicas que nos llevan como por la mano al conocimiento de ]os usos y de las costumbres antiguas.

Un español, natural de Olmedo, según el autor de Gil Blas de Santiiiana, historia verdadera como puede serlo la de los Doce Pares de Francia, dio un gran paso en esta ciencia averiguando con su profunda erudición, y á fuerza de desvelos, que en Atenas lloraban los niños cuando los azotaban, verdad innegable, cuyo conocimiento debemos a las investigaciones de un compatriota.

Después de este famoso olmedino ú olmedense, que puede llamarse con justicia el restaurador moderno de la ciencia, ha tomado esta un desarrollo increíble, y no contentándose con los descubrimientos de Roma, de Atenas, de Cartago y de Troya, que son pueblos y costumbres de ayer, ha remontado su vuelo hasta Adam para proceder de este modo cientiñcamente, tomando las cosas desde el principio y no dejando detrás nada sin dilucidar y tan claro y tan luminoso como la luz del dia.