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84 — BIBLIOTECA DE LA RISA.


á cumplir su penitencia, pero encontrándola demasiado penosa, y deseando á pesar de todo obedecer, mandó cocer los garbanzos dos ó tres dias, y de esta manera hizo la visita á la ermita sin novedad.


La relación de un andaluz.

Referia un andaluz, que al pasar la diligencia por el puente de... se habia caido al rio, pereciendo las catorce personas que iban dentro, sin salvarse una sola.

— ¿Y las han sacado? preguntaba uno de sus oyentes.

— ¡Ah! si, sí, contestó el andaluz, lo menos han sacado veinte y dos.


El engañador engañado.

Un labrador llevó al mercado una carga de leña y encima un gallo. Dando vueltas, y voceando que te vocearás por las calles, al fin se la compró un escribano en diez reales.

— Buen hombre, le dijo antes de pagarle, V. ha subido solo la leña y se guarda el gallo, cuando yo he comprado toda la carga.

— Lo que yo voceaba es la leña y no el gallo, repuso el labrador, y no ha podido V. comprar loque yo no vendia.

— Yo digo, contestó el escribano, que en esa cuestión podremos tener razón el uno y el otro, pero desde luego hay en ella un pleito, y el juez decidirá.

— ¡Pleito! gritó con malicia el labrador, cá, no lo crea V. ; si la razón está de mi parte.

— No sea V. simple, buen hombre; aquí hay un pleito, y sobre ello apuesto diez duros contra su borrica.

— Acepto, contestó el labrador.

Y hé aquí que los dos llegaron á la presencia del juez. El escribano dijo: