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REVISTA DE LA SEMANA.
esapaciblc continúa mostrándose el polí tico horizonte de la Europa, y especial mente para la Fran cia. «La nación, ha dicho Mr. Thiers, no debe hallarse expues ta á que el día menos pensado se la haga marchar á las fronte ras, sino que la libertad significa su derecho de deci dir sobre la paz y la guerra.» Pero véase cómo, fuera del ruido que esta voz produjo en la Asamblea, y las diez mil tarjetas de congratulación al dia siguiente re cibidas por el orador, no produce eco ni influye en nada en la marcha de las cosas. Mr. Thiers, mientras lúe ministro bajo la monarquía de Julio, inspiró medi das y decretos mucho más represivas que las que hoy combate. ¿Qué autoridad ni peso ha de tener su argu mentación de hoy? El abogado oficial del emperador, hizo bien en echarle en cara, que harto de carne venia
- í predicar el ayuno.
Otra cosa son los notables discursos de Ollivier, Favre y demás oposicionistas, que se agitan y levantan más el tono, á medida que se acerca el momento de la disolución de la Asamblea. Mr. Favre ha sacado á la colada hechos harto demostrativos de la analogía que existe entre la Francia y el País de los Papamoscas descrito por el humorístico I^iboulaye. Todo es allí apariencia, y no hay más realidad que en lo arbitrario. Libertad individual, i or ejemplo, en amigable consor cio con la ley de sospechosos. Libertad de pensamien to, y en el primer ano de ejercicio ha producido cien to diez y ocho procesos contra los periódicos, ciento treinta y cinco mil francos de multas, y sentencias de
MADRJD 17 DE ABRIL DE 1869.
Provincias.—Tres meses 48 rs.; seis meses 50 rs.; mi tilo 90 rs.—Ciba , Puerto Rico y Extranjero, un aüo 7 uesos.—America t Asia, 10 i 15 pesos. AÑO XIII
prisión cuyo total sube á más de nueve años. ¡Diable ra de la industria. Se teme que los alarifes se pronun de liberté, celle-lá Pues cuenta, y á esto se reduce la cien también en las ciudades de Leeds y Manchesters moral del sermón del ex-ministro,'que libertad hoy dia y nada tiene de particular que cunda la epidemia y si para el francés, no es nada ménos que escoger entre gan el ejemplo de sus hermanos de Liege, los míseros ía paz y la guerra. explotadores del reino de Pluton , ó sean los fabrican Enntretanto " siguen los bélicos preparativos en todas tes del pan negro, pues no hay operarios que deban partes. Cañoneras de nueva invención se están pro estar más bien Tetrfbuides que éstos, en razón á lobando por orden del ministro de la Guerra. Los arse conlínuos peligros á que exponen sus vidas en hundí, nales de Brest, Toulon y Rochcfort están en continuo mientos y explosiones. movimiento. Buques blindados se equipan á toda prie La visita anunciada de los príncipes de Gales al visa en estos puertos y en Cherburgo, como si se hubie rey de Egipto, y su inspección de las colosales obras sen dado ya los pasaportes al ministro prusiano. A los del Canal de Suez , tuvo lugar en los últimos días del soldados se les enseña á manejar locomotoras y wago mes de marzo. El virey se mostró, espléndido y magní nes en las líneas férreas , y se han mandado pedir fico. Mr. deLesseps los ha acompañado en su excursión 100,000 rifles de muestra sistema Remington, á la por el Istmo en donde quedaron maravillados al ver las compañía con este nombre formada en los Estados poblaciones por encanto construidas en un desierto Unidos. donde se comenzó por levantar cobertizos para los tra Cierto es que el ministro de Marina niega en un ór bajadores. Hoy son verdaderos pueblos con calles magano de la prensa que haya tales borregos como los ¡ cadamizadas , á la francesa, plazas á la inglesa, jardipreparativos de guerra, tema constante de los periódi ] nes, villas, cafés, billares, y cuanto se echa de ver en cos parisienses; pero ya se sabe á qué atenerse en esto las ciudades más cultas. El canal que estaba completa de negativas oficiales en Francia. mente vacío y seco el 11 de marzo tiene ya veinte y Esto no quita que los franceses se entreguen de bon i tres pies de agua, y ha permitido que se luciese tan eoeur á sus diversiones, siguiendo la norma de la corte nueva y memorable excursión en una especie de floti imperial, cuyo jefe, gran administrador del tiempo, lo lla compuesta de cinco buques que conducían á los encuentra para todo ; ya para gastarse horas con huéspedes, al virey y á su lujosa comitiva, á Mr. de Mr. Frere-Orban. Rouher y Lavalette, ventilando el Lesseps y su familia, y á los ingenieros y directores de conflicto con la Bélgica, que se halla sometido al mi esta afortunadísima empresa. Sólo falta ahora que se nucioso exámen del presidente del consejo de minis continúe, por decirlo asi, el canal de Suez, abriendo tros en unión con el ministro de Estado francés; ya otro que una el Océano y el Mediterráneo por la parte recibiendo al Nabab c 'n todas las ceremonias prescri de los Pirineos, idea que según parece está puesta á tas en iguales casos para cou los embajadores de po discusión y es objeto de cálculos para ingenieros y me tencias extranjeras; ya inspeccionando la construcción cánicos. de la anchurosa calle que parte de la plaza de la nueva Mientras tal recepción han hecho en Egipto al he Opera á la plaza de la Bolsa ; ya, en fin , paseando por redero del trono de Inglaterra, el famoso y afortunado el Bois con el aire del más desocupado cesante que novelista Carlos Diekons, ha sido objeto de calorosas puebla la Puerta del Sol. demostraciones y linos obsequios de parte del corregi Las huelgas de los trabajadores en Inglaterra conti dor y la ciudad de Liverpool, en donde el dia 10 se le núan aumentando, y ya no sólo hay grandes conflic festejó con un banquete al cual asistieron setecientas tos en el reino algodonero, sino que no se vislumbra personas entre señoras y caballeros. Los ingleses saben la manera de resolver tal estado de cps s. Las reunio estimular el talento, honrando en vida á sus hombres nes entre los respectivos interesados se men deán sin distinguidos, y Mr. Diekons parece ser ahora el ídolo venir á parar á ningún acuerdo, y los fondos de los puesto en los altares para su veneración. Desde que Trades Unionssfí van consumiendo con tener que sus vieron como sus hijos del lado allá del Atlántico le ob tentar á mesa y mantel á tanto número de operarios. sequiaron, aumentó su deseo de sobrepujarlos si era Pero no es esto sólo, ni las huelgas se limitan á esta esfe posible en eslima y consideración. Verdad es, que no
