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vajes! El adorno mas bello de vuestras frentes no está en casa de los diamantistas sino en vuestros jardines. Una flor es la mas bella y la menos costosa de las jo yas. La naturaleza es vuestra proveedora; lia fabri cado adornos para los cabellos de todos los matices, p;tra las morenas y las rubias; ha derramado en los estuches de Flora todos los perfumes que vienen del cielo. No seáis ingratas con esa obrera maternal. Dejad

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intactas vuestras orejas de nácar, y haced que ondule sobre ellas, una rosa, una camelia, una magnolia, ó un bolón de violetas. ¿Hay algo que valga mas? ¿Hayulgo que cueste menos?

I ulada Los pájaros y las flores, publicada hice muchos años, se dice testua'lmente lo que sigue : j «Examinando con mucha atención la violeta he visto que se parece á una lanza, á cuya punta va clavada la cabeza de un caballero moro.» V. La poesía persa, hija legitima del Sol indiano tiene el derecho de ser oscura y de proponer al lee or enigEn una obra curiosa del poeta persa Mocadessi , ti- mas indescifrables. El pensamiento me chocó y sin que-

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rerlo examiné veces y veces con atención , las vio letas que venían á la mano (y cuenta que como soy apasionado á ellas, procuro que lis. haya siempre en mi gabinete) confieso que no descubrí nada de lo que el poeta persa dice haber visto tan claramente. Desde esa época, que se pierde en la noche de mis tiempos, he seguido pensando en el enigma persa, cada vez que miraba una violeta, y j unas encontré la palabra, mis teriosa, porque se necesita cierta disposición de espíri tu y hasta cierto golpe de vista para descubrir asuntos históricos en un caprichoso montón de nubes, y el fa

moso leñador cargado de haces, en el disco de la luáa llena. Pero llega un dia en que con auxilio de la vo luntad se ven todas las cosas invisibles, y ese dia ha llegado para la violeta. Lo declaro en honra y gloria del poeta persa. Examinada la flor de la modestia con atención per severante , se parece en efecto, su afilado tallo á una lanza en cava punía estuviera «clavada una cabeza de rostro moreno... de moro , y ahora digo", que se ne cesita u:i trabajo mucho mas asiduo para encontrar se mejanza exacta entre la Stanhopca y la cabeza de un

elefante. Los botánicos, que no son persas, s in dema siado pare js engasl is de imaginación cuando describe.i la violeta, y hasta parece que han buscólo una fórmula para no ¿escribiría. «Esta flor, dicen casi unánime mente, es tan conocida que no la describiremos. La vio leta busca los sitios sombríos y solitarios, abrigados del viento y del sol; por eso la llaman flor de la modestia Rectifiquemos. Precaviéndose cantra los peligros ai" les son mortales, la violeta no hace un acto de modes tia sino de prudencia; pero al lin ui ac'o de virtt d, y puesto que la primera opinión ha vencido dejémosla %i