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TIPOS ANDALUCES DE LA FERIA DE SEVILLA.

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todas las condiciones de esos cuadros de aderes, cuja única misión es corear sin marcada desentonación á un eminente artista. Destácase sin embargo del cuadro, y colócase ya bastante cerca del famoso trágico italiano, la signora Virginia Marini, que desde su aparición en Zaira, mos tró Tas grandes facultades y el talento con que sabe con tribuir al buen éxito de las mas difíciles escenas. Salvini, el que brilló en los teatros de Italia al lado del gran actor Módena; el que venia precedido de una fama ruidosa, no ha desmentido los elogios con que por mucho tiempo fue anunciado en Madrid, y bien puede asegurarse, que es el primer ador estranjero que ha pisado las tablas de nuestros teatros. Lo mismo en la tragedia estrecha y fríamente clásica de Voltaire , que en los arranques portentosos del primer génio dramá tico de Inglaterra; lo mismo en el Orsman de Zana, que en el protagonista de Otello, Salvini es el adminible intérprete y fiel revelador de las grandes tempesta des del alma. Salvini, sin embargo, tiene en mi concepto mas ta lento que corazón de artista, y en él suple muchas ve ces el estudio artístico de las pasiones, al verdadero sentimiento, á la espontánea posesión ríe los afectos en la escena. Esto, unido á la distinta manera de ser de la' decla mación italiana que tanto se separa de la naturalidad con que Romea dió verdadero y propio carácter á la declamación española, hizo que, en la representación de Sullivan, la primera creación artística del gran ac tor, cuya muerte lloraremos siempre, Salvini, con to dos los demás actores de su compañía, no pudiese bor rar ni vencer el recuerdo del almirable cuadro que en esa obra presentaba nuestro gran Romea, con todos los actores que le acompañaron en la interpretación de esa comedia siempre interesante y bella. Como no puede prescindir de las comparaciones el

público que, en Sullivan echó de menos á Romea, encontró á Salvini superior á Rossí, haciendo también justicia á Virginia Marini que , arrancó lágrimas, risas y nutridos aplausos con la gracia y el verdadero senti miento con que supo interpretar el delicado papel de Leba. Salvini. en suma, está llamando justamente la aten ción del público madrileño, precisamente en el mi.-mo teatro en que por tanto tiempo han privado los genios pedestres de las recreaciones bufas. ¡Si yo volviera á nacer! es el título de una lindísi ma comedia , ó mejor, de un precioso cuadro de toslumbres, con que el señor Coupigny , el discreto autor de La luna de hiél y de Mañana, ha revelado una vez más su genio observador, su pincel hábil y su gusto literario, ni un punto corrompido por la corriente en que se han visto envueltos otros buenos ingenios con las exageraciones y estravagancias de la moda france sa , á cuyo patrón no pueden ajusfar el corte de sus obras escritores que, como el señor Coupigny, eslimen su buen nombre y las tradiciones de nuestro verdade ro teatro. ¡Si yo volviera á nacer! exclaman, en la obra recien temente representada en el teatro Español , lin viudo que ha sufrido con el genio dominante y díscolo de su difunta; un ministro que siente las punzadas de las espinas de la poltrona ministerial; una graciosa criarla que llora la ingratitud de cierto mozo á quien favore ció con los favores de su amo el ministro, para ver burladas sus esperanzas de matrimonio. Y el viudo vuelve, á pesar de sus pesares y protes tas, á caer en las redes de una viuda que ha .matado á disgustos á su primer marido, por su genio díscolo y dominante; y el ex-ministro, vi elve, con los halagos que siente su amor propio , á aceptar la cartera, á tra zar planes de hacienda y á conquistar los cíncheos de la cámara, las sangrientas sátiras de la prensa, losinsul-

ti s de la multitud, las punzadas, en fin , del espinosoy alio asiento que se le había hecho aborrecible: y la criada vuelve á caer en el engaño primero con su com pañero de servicio, qre al lili la deja plantada por un olivar y un molino que le ofrece con su mano cierta Gregoría, antigua doncella de labor y a) fin propietaria en la Almunia por gracia de una herencia de un di funto padrino. Esta es la comedia, que, sin grandes intrigas ni pe ripecias .sorprendentes, entretiene constante y agra dablemente al público con detalles y episodios llenos de verdad, con toques de ingenioso pintor de género, con caracteres hábilmente trazados y felizmente soste nidos, en que se ve retratada la humanidad entera que, por mas que grite «¡sí yo volviera á nacer!» siem pre hallará, en sus repetidas caídas, en las flaquezas propias del carácter ó de la fatal inclinación, que po cas veces se evita el error con las lecciones de la ex periencia, como dice el autor al final de su obra. Esta es un modelo de forma literaria y, como obra escénica, ha recibido realce de una ejecución esmerada, en que se distinguen el señor Catalina y doña Matilde Diez. actriz, admirable que hace subir de mérito cuantas obras toca con su talento privilegiado. E. BlSTILlO. Madr d I!) A, :.tril de ISCT-

SOLUCION DEL CF.noC.1 ÍKICO DEL NÚMERO ANTERIO ■ Polor de esposa muerla, llega basta la puerta. ABELARDO DE CARLOS, EDITOR. ADMINISTRACION, CALLE PE BAILEIS. HÉll, i. — MADRID, IRPRENTA ÜE GASPAR 1 RflIO.