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vida el año de 467, al misino tiempo que trató dé es tender sus dominios á espensas de los romanos, emu ló su elegancia y refinamiento. El esplendor y buen órden de la córte del principe visigodo, ofrecía hasta cierto punto una copia de la de los emperadores, y solo él se Jaba á conocer como bár baro «por los largos mechones de pelo que cubrían sus orejas.» El inmenso tesoro en joyas y vajillas de oro y plata reunido por los reyes ostrogodos y visigodos en Tolosa y Narbona, ofrece una prueüa de su gusto en este par ticular. La primera de aquellas ciudades se consideró la mas rica de la Galia. El año 508, esta capital de Eurico abrió las puertas á los Francos, y «1 palacio real con los tesoros que contenia, cayó en poder de Clovis; si bien la opinión común era que las mayores riquezas de los príncipes visigodos no estaban en Tolosa, sino que la ciudadela de Carcasona con sus torres fundadas sobre rocas inaccesibles, contenia el depósito de los despojos imperiales que se llevó Alarico de la conquis tada 'Homa en el siglo precedente , y que se hallaban allí también los magníficos ornamentos del templo de Salomón, y los innumerables vasos guarnecidos de es meraldas que pasaron á Roma después del saco de Jerusalen. El inmenso número de curiosos ornamentos de oro puro , adornados con joyas que se encontraron en el palacio de los reyes visigodos en el saqueo de Narbona, nos parecería increíble si no nos fuera referido en sus detalles por autores dignos de toda confianza. Entrelos ricos ornamentos de que se apoderó Childeberto hijo de Clovis, en la iglesia de Toledo cuando devastó la España en el año 542, se hallaba una magni fica cruz rica de pedrería, que por tradición se decía haber pertenecido al rey Salomón. Treinta cálices, diez f seis patenas y veinte estuches en que se guardaban as escrituras ricamente guarnecidos de piedras pre ciosas, fueron también robados y regalados por el espoliador á varias iglesias de Francia. En cuanto al destino de la famosa cruz , construyó una iglesia de su forma en los alrededores de París , y le hizo donación de ella, asi como de otros ornamen tos de gran valor. A medida que el cristianismo se fue afirmando más y más entre los galos, godos y francos , las joyas de mas lor pasaron á formar el tesoro de las iglesias. Después de haber robado y destruido los templos de un Dios que no conocían, aquellos caudillos convertidos los re construyeron y enriquecieron , y siguiendo al pie de la letra el precepto que impusiera San Remigio al pri mer príncipe franco que fue bautizado, quemaron lo que habían adorado, y adoraron lo que habían quemado. Algunas veces , sin embargo , hacían las dos cosas á un tiempo, como cuando Rollo , el famoso jefe nor mando en su lecho de muerte, asaltado de dudas acer ca de la vida eterna, cambiando el Walalla de Oden por el del Paraíso de Cristo, consideró prudente obrar ae modo que se asegurase un lugar en ambos, y á este fin mandó estrangular cien prisioneros cristianos como ofrenda propiciatoria á los dioses infernales de sus an tiguas creencias é hizo donación de cien libras á los templos cristianos. Hácia fines del siglo XV, aunque los francos no ha bían degenerado de sus antiguos jefes, los teutones, en valor y temerario arrojo , renunciaron sin embargo , á la pobreza voluntaria, y depusieron su ódio sistemático á la civilización romana. Agatinas llama á los francos el mas civilizado de los pueblos bárbaros. Gustaban de la ostentación , de costosos vestidos , de las joyas y de armas adornadas de metales preciosos, y favorecían Íiarticularmente á los comerciantes de artículos de ujo. Los judíos, los sirios y los habitantes de la Galia meridional y de otros países, eran los que negociaban en tales artículos , pues los francos no tomaban parte nunca en ningnn género de comercio. Las ganancias que obtenían los comerciantes eran enormes, no obs tante los innumerables peligros que dificultaban sus viajes por mar y por tierra en tiempos en que cada príncipe y cada noble eran un jefe de bandidos ó de piratas. Los francos diferian de los romanos sólo por el idio ma y el tnige, y en cuanto á éste, era tal que en cual quiera tiempo se le hubiera considerado rico , elegante y pintoresco. Sidonio Apolinario, poeta, cortesano, obispo y testigo ocular de lo que refiere , nos ofrece una curiosa descripción del brillante porte del joven jefe Sigisme cuando entró en Lyon para celebrar sus nupcias con la hija de uno de íos jefes de los borgoñeses. El jóven príncipe iba precedido y seguido de caballos cuyas mantillas resplandecían con el brillo de las joyas de que estaban adornadas... «Su cabello era como el oro que brillaba en su vestido ; hermoso como el color de las franjas de escarlata de su trage , era su rostro; su cutis rivalizaba en belleza con la seda, blan ca como la leche, de que se componía su vestido. Iba á pie, rodeado del cuerpo de jefes de lá'tribus (regulorum) y seguido de otro de compañeros (autrustiones) de terrible aspecto, aun en tiempo de paz ; calza ban botas de pieles, traían las piernas desnudas, y sus cortos y ajustados jaiques de seda verde riveteados de púrpura escasamente les llegaban por bajo de las ro dillas. Llevaban espadas pendientes de ricos cinturo-

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i nes, lanzas corvas, hachas de jayet y escudos de bron- está adornado de pedrería; hasta el calzado y el bastón ¡ ce pulimentado. » los lleváis cubiertos de oro.» J Por la cita precedente se ve que los francos, sí bien Bajo el reinado de los sucesores de Carlomagno, em conservaron su antiguo trage, adoptaron algunas de pezaron á condensarse las nubes de la ignorancia, y laslas estravagan tes modas de los romanos, y que ador artes que servían á la piedad y al lujo decayeron rápi naban también con joyas los arneses y caparazones de damente. El Oeste retrocedía aprisa al estado salvaje de donde le sacara el genio civilizador del poderoso sus caballos. El año 384, Chilperico , rey de los francos, al dar Kari. El amor de lo bello en la naturaleza y el arte, sü hija en matrimonio á Recaredo , príncipe de los go parecía haberse extinguido totalmente cediendo su lu dos españoles, la hizo entrega de tesoros inmensos, á los gar á pasiones brutales y vicios degradantes. Las pie cuales su reina Regunda anadió aun con mayor libe— dras y los metales preciosos desaparecieron como si se ! ralidad una prodigiosa cantidad de oro, plata, joyas y hubiesen ocultado en los recónditos senos de la tierra ¡ costosos trages. Cincuenta carros se cargaron con los que los criara, y sólo volvemos á encontrarnos con I cofres que contenían el trousseau, la vajilla y orna ellos, cuando se esparció aquel terror sobre el próximo mentos de la princesa Rigonthe. Habiéndose detenido el fin del mundo, pronosticado para el año 1000, por cuya convoy á pernoctar á tres leguas de París, cincuenta virtud renacieron la piedad y la liberalidad de los cris hombres de su escolta se escaparon á los próximos do tianos. minios del rey Childeberto, llevándose cien caballos de La creencia de que el día del Juicio precedido del los mejores con sus riendas de oro, y dos largas cade Antecristo se hallaba próximo, llevó cuantiosas y ricas nas del mismo metal precioso. ofrendas á los templos, y convencidas las gentes de que La pasión de los francos por el lujo, nunca se mani al cerrar del siglo todos los bienes de este mundo les festó tan vehemente como á principios de siglo VII du habían de ser inútiles, cedian y entregaban todas sus rante el reinado del rey Dagoberto , cuya córte rivali propiedades á los templos y monasterios. El miedo, zaba en magnificencia con la pompa de los monarcas venciendo la avaricia, renunciaba, no sólo al oro y á del Oriente. Las piedras preciosas brillaban en los cin- toda clase de alhajas, sino que se desprendía también turones de oro y bandas de las damas y empleados de de castillos y vastos dominios. AI surgir de los pri la casa real; el monarca y sus cortesanos vestían ropas meros años del siglo XI se desvaneció aquella preo de rica seda de la China, que traían del Asía con riesgo cupación, pero las donaciones quedaron permanen de la vida los mercaderes de la Siria, y que les costa tes. La rapacidad y la avaricia restablecieron luego ban á peso de oro. En las ocasiones solemnes, Dago después su imperio , y llevado de ellas Felipe I en los berto ocupaba un trono de oro macizo , labrado nada principios de su reinado, por sugestión del preboste menos que por el gran Eloy, que si bien despúes llegó Etienne, se dispuso á apoderarse violentamente de los á ser obispo de Noyons y el santo mas popular de la tesoros de la iglesia de San Germain-des-Prés. El oro, Galia; fue por mucho tiempo el director de la fabrica la plata y la pedrería de las urnas, crucifijos y vasos ción de moneda y el artífice joyero mas hábil de aque iban á ser ya botín de aquel príncipe y sus infernales consejeros , cuando se interpuso la voluntad divina de llos tiempos. Durante el reinado de Dagoberto, se empleó un nú un modo tan manifiesto que impidió se consumase mero inmenso de piedras preciosas para decorar las aquel sacrilegio. El audaz preboste , que codiciaba po urnas y relicarios de los santos, crucifijos, cruces, va seer especialmente aquella riquísima cruz , espolio de sos sagrados y otros objetos que Eley ideó y ejecutó España que se llevó Chilperico, cegó en el acto mismo para el rey. Hasta el trage de este artesano obispo, era de estender el brazo para apoderarse de ella. Aterrado el rey por este milagro huyó del templo escesivamente rico y elegante durante la vida de su real patrono , á quien la tradición y la leyenda nos le desistiendo para siempre de su proyecto implo. ofrece íntimamente ligado antes de que abandonase J. F. t V. toda externa superfluidad con las vanidades del mun do. Los vestidos del favorito de Dagoberto estaban espe samente bordados de oro con pedrería; llevaba un cinturon de oro adornado de piedras preciosas ó perlas; MUSEO CIENTIFICO. sus túnicas eran de rico lino bordado de oro, y su jai que (sagun) estaba riveteado también de oro. Continuando el profesor Vilanova la somera historia El aturdimiento de los revolucionarios modernos, ha mezclado ó destruido todo resto de la habilidad artís terrestre que para llegar al terreno cuaternario y mo tica de este patrón de los joyeros, y aunque ha trascur derno donde hoy radican los documentos de la historia rido poco mas de medio siglo desde que existían aun humana se propuso trazar en las conferencias que so muchas interesantes muestras del severo y sencillo es bre tan trascendental asunto está dando en el Ateneotilo de aquellos tiempos, y de la forma de los vasos sa científico y literario, después de hacer una ligera indi grados y ornamentos clericales que pertenecieron á cación acerca del terreno pérmico que cierra por arriba San Eloy, todo ha desaparecido al golpe bárbaro de los el período paleozoico atendida la escasa representación que tiene en la Península, pasó á describir el triásico, iconoclastas de nuestro siglo. En los tiempos de Carlomagno, se fué aun más allá el jurásico y el cretáceo, representantes de la época lla que en los de Dagoberto respecto á prodigalidad en fa mada mesozoica ó secundaria, por representar en la his vor de las iglesias, y los príncipes, los obispos y los se toria del planeta que habitamos el 2." grado de evolu ñores rivalizaban en el valor y belleza de las joyas que ción de la materia mineral y orgánica. El terreno triásico ó del Trias, se ha denominado asi en ofrenda presentaban. Aunque aquel gran monarca, durante su vida se mostró siempre sencillo en su por por estar representado por tres órdenes de materiales te, salvo en las ocasiones solemnes, su sepulcro encer que de abajo arriba son areniscas y conglomerados si raba un tesoro en alhajas y vajilla de oro, de las cuales líceos vulgarmente llamados en algunas provincias de desgraciadamente apenas se conserva resto alguno. La España rodeno, bancos de caliza magnésica ó dolomíticanonización de Carlomagno en 11 66 sugirió á Federi ca denominada en alemán Muschelkalk, que quiere co Barbaroja la pretensión de apropiarse la silla de oro decir caliza conchífera por la abundancia de conchas en que se sentó al nuevo santo, vestido con sus ropas que contiene, y grandes masas de arcillas de diferentes imperiales, pendiente al lado su espada, rica en pedre colores, por cuya razón se conocen con el nombre de ría, con su diadema y su escudo de oro y su cetro ador irisadas. La presencia en este último horizonte de yeso nado de piedras preciosas. De todo esto y otros muchos y sal común lia hecho que se dé á todo el terreno el preciosos objetos, sólo se conservan la corona y el ce epíteto de yesoso y salífero por excelencia. También tro; aquella se halla en el tesoro imperial de Viena , y suelen aparecer en el piso superior cristales sueltos 6 éste en la antigua tesorería de la corona en París. En agrupados de cuarzo, unas veces blanco y más comun tre los ricos presentes que Haroun-al-Rashid envió al mente teñido de rojo , que es el Jacinto de Compostela rey de los francos, habia piedras preciosas de un valor que la joyería emplea como objeto de adorno. Este terreno es importante ¡bajo el punto de vista or inmenso. La muerte de este grande hombre fue como la señal gánico por ser el de la primera aparición de los mamí de las desgracias que llovieron sobre la tierra. A las di feros, representados por el Microlestes antiquus, des visiones intestinas se siguió la irrupción extranjera cubierto por Plieninger en 1847. Los vestigios de un más terrible de cuantas se habían conocido. La de los ave tridáctila, cuyas impresiones se han encontrado normandos, que en su tercera invasión el año 845 pu en los Estados Unidos, las huellas de tortugas, algunos sieron sitio á la capital destruyendo el comercio y de restos del famoso Labyrinthodon , que el paleontólogo vastando los países comarcanos, fue prevista según se Owen consiguió restaurar, y por último varios peces y dice por el genio portentoso de Carlos , pero sus suce un considerable número de moluscos, de radiariosy sores débiles y divididos, fueron impotentes para resis zoófitos completan el carácter que la vida animal tenia tir á aquellos piratas septentrionales. A Abbon, con en dicha época. La vegetación participaba de un sello temporáneo de entonces , que compuso un poema en de transición notable, pues por una pártese ven aun latín bárbaro sobre el asedio de París por los norman entre los materiales de dicho terreno, heléchos arbó dos, reprocha á los francos tres vicios, á los cuales atri reos y equisetos propios del período anterior, mientras buye las calamidades que afligieron á su país. Esos vi por otra aparecían ya tipos nuevos, como los délas cios eran el orgullo, la disolución y el lujo. En la des cicádeas y coniferas , que iniciaba en el reino vegetal cripción que nos da este escritor del traje de los francos, un progreso que más tarde se habia de desarrollar. Este terreno, que con frecuencia fue influido y pro hallamos una nueva prueba de la pasión de aquel pue blo por las joyas en el siglo noveno. «Un broche de oro fundamente alterado en su estratigrafía por erupciones sujeta la parte alta de vuestros vestidos ; para resguar dioríticas, es muy abundante en la península, particu dar del frió vuestros cuerpos, os cubrís con púrpura larmente en las provincias del E. S. E. y del S. y son de Tiro ; vuestro manto es forzoso que sea una clámide numerosos los manantiales salados que en él se explo recargada de oro; el cinturon que ciñe vuestros lomos tan. Minglanilla, Villena, Manuol, Arcos y muchosotros