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tores de provincias y del extranjero conozcan por el retrato y los apuntes biográficos que acompañaremos, á los hombres que mas ó menos directamente se hallan identificados con los acontecimientos que hoy embargan la atención pública dentro y fuera de España. Seremos en este punto tan imparciales cuanto lo exige el carácter de nuestra publicación, y á una con los retratos de los hombres públicos de todos los partidos tendrán cabida como hasta aquí los de aquellos que se hayan hecho famosos en toda profesión, carrera ó ejercicio.


Exposición de Barcelona, 1869 por Urrabieta
Exposición de Barcelona, 1869 por Urrabieta


ESPOSICIÓN DE BELLAS ARTES DE BARCELONA.


RIVERO.

Damos en el presente número el retrato del alcalde y presidente del Ayuntamiento popular de Madrid, don Nicolás María Rivero, reelegido por aclamación para tan importante cargo, en el año que comienza, y en cuyo puesto, desde los primeros dias de la revolución, ha venido prestando señaladísimos servicios. No pudiendo extendernos á hacer una biografía completa de este patricio distinguido, nos limitaremos á presentarle bajo el aspecto principal de su vida pública en sus tres fases de jurisconsulto, orador y hombre político. En este último concepto, sabido es que no podría escribirse la historia de la organización de la democracia española, y de su activa propaganda comenzada ostensiblemente en 1849, sin reconocer en todos sus períodos la acción enérgica, la inteligente dirección y la gran perseverancia del señor Rivero, que en la prensa, en las academias, en el parlamento, de palabra y por escrito, en la lucha violenta de las armas y en el palenque de la discusión pacífica, siempre se halló en la brecha, manteniendo, con varonil elocuencia, y con tanta entereza como tenacidad, los derechos naturales del hombre, que son el fon do esencial del dogma democrático.

Nicolás María Rivero, alcalde de Madrid

DON NICOLÁS MARÍA RIVERO. (DE UNA FOTOGRAFIA DE JULIA )

Como orador parlamentario no fue me nos notable que por las dotes de organizador de partido. Observador profundo de los hombres y de las cosas, elevado en sus apreciaciones, dotado de admirable intuición política, severo en las formas, poderoso en la argumentación y formidable en la polémica, sus discursos han producido siempre honda sensación en la cámara, y arrancado el aplauso y llevado la convicción al ánimo de sus mismos adversarios. No es de los diputados cuya voz resuena de continuo en los ámbitos de la asamblea de los legisladores. Escoge el tiempo, elige