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ACTUALIDADES.

LOS CONSUMOS.

LA CAPITACION.

—¡Pues digo que es fuerte cosa pagar antes de beber! —Son precisos los consumes. — ¡No se consumiera usted!

—¿Qué es eso? Una friolera. El impuesto personal. —Antes ó después, el caso es que al fin hay que pagar.

—Ciertamente, dijo Emilio reponiéndose. Dócil á tus consejos , me he ofrecido víctima propiciatoria en aras de la paz doméstica. Me significaste una recompensa, un premio á mi sacrificio... —Y ha llegado el momento de que obtengas lo que supiste ganar. —¿Qué es ello, en fin? —Es... pero nó; aquí no te lo digo. Nos vendería tu emoción. Ven conmigo breves momentos.

Cinco minutos después de "sta conversación , Emilio y la baronesa penetraban en la misma boardilla donde algunas noches antes hemos asistido al diálogo entre la naronesa y Blanca. Esta, acompañada de mi primo Luis, abandonaba la estancia, despidiéndose para siempre de Purita, á quien inundó de lágrimas y caricias. A dónde iba aquella in fortunada madre?... Yo quedé con la nodriza entreteniendo y jugando con la hermosísima Purita.

AJEDREZ.

SOLUCION DEL PROBLEMA ND». 123.

PROBLEMA NUM. 124. ROR DON VALENTIN L. NAVAlON.

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Llega Emilio, ve á la niña , y derramando torrentes de lágrimas la oprime contra su pecho , llamándola á gritos:—¡Hija mía, hija mia! ¡No habia muerto! La baronesa, la nodriza y yo contemplábamos con movidos aquella primera explosión del amor de un padre. Entra Luis de regreso. —¿Y ella?... Se atreve á balbucear Emilio... —Dentro de breves momentos amanecerá, y estoy autorizado,—contestó mi primo—para decirte: Emilio, aJ despuntar el alba, puedes venir á despedirte de Blanca. Apenas ilumina el sol con sus primeros rayos el horizonte. En uno de los Conventos de Madrid, con modestísimo aparato, acaba de tomar el velo la intere sante Blanca. No bien ha pronunciado sus votos, pene tra en el templo Emilio , seguido de mi primo Luis y de mí. Llegamos tarde.—Así estaba preparado, por disposi ción terminante de Blanca. Emilio queda anonadado. Blanca le dirige estas breves palabras: —Soy la esposa de Jesucristo. Al abandonar el mun do, señor duque, porque yo no podia perteneceros , os entrego lo que más amé... vuestra hija. Hacedla feliz. —No , yo no acepto , yo romperé tus votos y los mios No pudo proseguir... Cayó desplomado, rodando por el pavimento.—Cuando Emilio volvió en sí, habia per dido la memoria de todo... estaba loco.

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Quince dias después, Luís, la baronesa y yo, asisti mos al entierro de Blanca, á quien habían encontrado muerta arrodillada en su celda ante un crucifijo. Señores L. Pérez, M. Zafra, A. Rojo. C. Brcnet. M. Silva, A. Luque, R. Cañedo, P. Sierra, SOLUCIONES EXACTAS.

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B. Latorre, J. Rey, E. Cañedo, P. Redon

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BLANCOS, LOS BLANCOS DAD MITE EK CCATRO HIGADAS

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SOLUCION DEL GEROGUFICO DEL NUMERO ANTERinn. do, A. López, L. Luna, J. Luxan, A. Már Nada perece en el Mundo, solo camina de forma. quez, T. Doncel, M. Tuñon, M. Fernandez, ABELARDO DE CARLOS, EDITOR. de Madrid. — A. Galvez y P. Romero, de ADMINISTRACION, CALLE DE BAILEN, NÚJ!. í.— MADRID. IMPRENTA DE GASPAR T ROIC. Barcelona.— A. Galvez', de Sevilla.