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FIG. 2*.—LOS POZOS WSTANTÁNEOS Ó TUBULARES. ocurrió siendo aquel todavía muy jóven, viéndose libre y con algunos medios, quiso contentar su afición es tremada á los viajes. Muy poca cuenta se tiene de sus sucesos desde su infancia hasta la edad de treinta y dos años en que se le ve (1748) en Yenecia enseñando el italiano á los muchos estranjeros , y en particular in gleses, que concurrían á esta hermosa ciudad. En algunos de sus escritos últimamente recogidos por Pietro Custodi, hemos encontrado una que otra alusión á este borrascoso período de su vida, que dió por resul tado su establecimiento en Venecia como maestro de lenguas. Allí comenzó á mostrar su feliz disposición para este género de estudios, y con la comunicación con sus discípulos , en breve adquirió las suficientes nociones para emprender un viaje ¡i Inglaterra, como lo puso en ejecución en el año de 1750. No hay duda de que su intención seria vivir en Londres, ense ñando su propio idioma con mas provecho que en Venecia , por los grandes elementos que proporciona una capital tan vasta, y en donde las comunicaciones con todos los países del mundo hacían útiles sus cono cimientos; pero esto no obstante, penosa y precaria, difícil y estrecha debió ser su situación , mientras no halló el apoyo de personas distinguidas ya por sus riquezas ó por su talento. «Este es un requisito indis pensable,» decia en sus últimos años al poeta Gambarelli, fallo de protección á su llegada á Lóndres. Por fortuna el carácter de Baretli no era para prolongar mucho tiempo esta situación, y gracias á él, llegó á adquirir conocimiento con el célebre Samuel John son, su único ídolo, su protector, su ejemplo y su modelo. Por lo curiosas, son dignas de referirse las circunstancias que le allanaron el camino en sus rela ciones con este famoso lexicógrafo. En aquella época, en que los anuncios no eran como en el dia un gran elemento en las transacciones sociales, se procuraba suplir su falla con otros medios menos eficaces. Tal era por ejemplo, el punto común de reunión de per sonas ligadas por los intereses de profesión ó de paí ses. Los italianos acudían al café de Orange y allí concurrió Baretti. Sucedió acaso, que en aquel tiempo, premeditó la autora del Quijote del bello sexo, Carlota Lennox, traducir las novelas ó historias de donde Sha kespeare habia sacado argumento para sus composicio nes dramáticas, y para hacerlo quiso aprender el ita liano. Mr. Lennox se dirigió al café de Orange, para

EL MUSEO UNIVERSAL. inquirir si habia algún estranjero deseoso de mejo rar sus conocimientos en el idioma inglés en cambio de la enseñanza del suyo. Baretli, que entonces se hallaba presente1, aceptó la oferta y muy luego se dió principio á aquella instrucción recíproca y amistad por cuyo medio se dió á conocer á Johnson y á su discípulo David Garrick (t). Baretti aprovechó su tiempo de manera, que al cabo de tres años, se halló capaz de acometer la difícil em presa de escribir una obra en inglés, que fue la que es cribió para defender la poesía italiana, y rectificar los errores cometidos por oltaire. Siguió á esta otra en el mismo idioma, en la que manifestó ya su inclinación á la controversia y su afición á la sátira. Acababa de pu blicar Mr. Sliarpe sus cartas de Italia, pintando los usos y costumbres de este pais en 1705 y 1706. Baretti le salió al encuentro. Replicó Sharp y contra-replicó su adversario, terminando la batalla con el descrédito y derrota del escritor inglés. Aqui probó el temple de sus armas en la sátira, mostrando que poseía una Durindana irresistible. Aquí dejó vislumbrar al autor de la Frusta literaria y del futuro Tolondrón, enemigo te mible é implacable, que no se contentaba con derribar á su contrario ó desarmarle, sino que una vez puesto en el estadio, sacudía á diestro y á siniestro , le cansaba, le aburría, le inutilizaba, y se gozaba en la obra de sus manos, cuyo término era desollarle vivo como á un San Bartolomé. Verdad es que ya se habia ejercitado con el botafuego que lanzó en Venecia , papel compuesto de azufre , alquitrán y trementina; pero su país, no tan libre como la Inglaterra, le obligó á buscar otro públi co para la predicación de sus doctrinas, y si esto pudo F1C. 1.'—LOS POZOS INSTANTÁNEOS Ó TUBULARES. causarle algún disgusto, se desahogó y le dió al olvido con la victoria alcanzada sobre Mr. Sharp. Con todo eso, en 1769, se resolvió á volver á su patria, haciendo gota el veneno mortífero de su sátira. Siendo su con de camino una excursión por Portugal, España y Fran jetura cierta, no hay mas sino compadecerse de la de cia. Su amigo Johnson le rogó, según declara, que hi bilidad humana; pero como Baretli se creó rabiosos ciese una memoria ó relación de su viaje , anotando enemigos, merced á su genio cáustico y á la viveza éSuntualmente todo lo que viese ó le ocurriese cada dia, irritabilidad de su carácter, bien pudo venir el tiro deigno de atención. Asi lo hizo y la dió á la prensa in otro lado. Alguna vez el doctor, nada docto en este mediatamente. Es probable que Baretti hubiese ya pro punto , traspasó los límites de la vida privada de su yectado el escribir su Diccionario Inglés-Español, y contendiente; pero al cometer este atentado, anduvo que para esto creyese necesario visitar la España. Sin Sor lo ménos atentado en poner su firma, y en no añaembargo, preciso es confesar que eran sus facultades ir al daño la alevosía. La afirmación, pues de Baretti, poderosísimas para este género de conocimientos, por aunque tiene mucho peso , no llega al peso de la evi que apenas llegó á un año su permanencia en la pe dencia. Después de su segundo viaje á Italia, Baretti se des nínsula. Esta obra es una de las que , con justicia , deseara pidió de peregrinaciones por Europa, se encerró en las tal vez Baretti ver en el fondo de mar, y no porque sea Islas Británicas, dióse á una vida intelectual activa, ála mala, que otras infinitas relaciones de viajes hemos frecuentación de sus amigos y á recoger el fruto de visto de'mas escaso mérito, sino porque su lectura re tanto desasosiego viéndose aplaudido y recompensado. porta muy poca utilidad. En efecto, no es posible es En esta época dió á luz sus mejores obras, obtuvo una cribir una obra provechosa sobre un pais, habiendo he pensión del gobierno y el honroso cargo de secretario real Academia para la correspondencia cho una breve excursión en él. Gracias que viviendo de ra laconcIuven(,0 su incansable actividad casi extranjecon sus en él muchos anos y estudiándole a fondo, se pueda hacer algo que se acerque á la verdad. No se entienda (Se continwirá.) por es'o que el viajero italiano nos desnaturaliza ó juz Nicolás Díaz Beniuxea. ga á la manera que lo han hecho algunos extranjeros Al contrario , mucho agradecerían todos los pueblos, que hubiese entre los extraños pintores tan galanes y corteses ; pero fuera de los sucesos propios , fuera del GEROGLIFICO. colorido pintoresco, con que en cierto modo se da el aire de un héroe de novela, y que á nadie interesa SOLUCION DEL GEROGLIFICO DEL NÚMERO ANTERIOR. mas que al escritor; aparte la gracia y animación del El alimento del alma es la verdad y la justicia. lenguaje y algunas reflexiones morales aplicables á to das las obras, y en todo tiempo, la obra no corresponde á la mira secundaria del autor en todos sus sérios em peños literarios. Cuando regresó á Lóndres, tuvo un incidente des agradable del cual se sospecha que Bowle quiso indis cretamente sacar partido, desencajándole de su propia esfera, para traerle á la controversia literaria. Atrave sando la calle de llay-markct ', centro, entonces como ahora, en donde se reúnen las gentes de vivir desca minado, una joven se le acercó molestándole con sus importunaciones. Baretti la rechazó de una manera brusca, lo que dió lugar á que algunos hombres , para cuyos proyectos no era la dama indiferente, tomasen su defensa. Viéndose asi acometido , Baretti sacó un cu chillo y en la refriega hirió á dos de sus acometedores, de los cuales, uno, Evan Morgan , falleció al siguiente dia. Juzgado por un tribunal inglés (2) , él mismo hizo su defensa y logró una completa absolución. Hacemos mérito de este accidente , porque anda mezclado en la disputa literaria, aunque no hay completa certidumbre de que Bowle le sacase á plaza. El hecho es, que en 1785 aparecieron en el Gentleman's Magazine cuatro artículos bajo los pseudónimos «Queriste «AntiJanus,* (dzzard Zcdd,» y «J. C.,» escritos con ánimo de denigrarle, suponiendo además que el discurso de defensa fue obra de Johnson, y que este habia conclui do por romper con Baretti toda relación de amistad. Baretti reconoce al doctor Bowle á sombras de los pseudónimos y en uno de los discursos del Tolondrón, constituye un tribunal imaginario, hace sentar á Bowle como reo junto á su bufete, y allí con gran sorna le va haciendo cargos, y destilando sobre su cabeza gota á La solución de éste en el próximo número. (1) Extraño parece que Baretli no haya tributado elogios A esta ingeniosa escritora que llegó i ser original imitando el Quijote. De sentir sena que este olvido proviniese de haber desconocido el mé ABELARDO DE CARLOS, EDITOR. rito de una mujer que tuvo que vivir de limosna en su viudez. CALLE DE BAILEN, NÚM, 4. —MADRID. (» Baretti renunció el privilegio que tienen los extranjeros de ADMIWSTRACIOS, ISPRENTA DE GASPAR T BOIC. ser juzgados por un tribuual mixto.