Página:El museo universal 1869.pdf/182

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

señalando el periodo de seis años para llevarla á cabo. Hecho este canal formará una línea directa de comu nicación con la India por el Istmo de Suez , y ahorra rá á los buques que salen de los puertos del norte de Europa el dar la vuelta á la Península española. Si este canal se construye, teniendo como es probable las em bocaduras en Burdeos y en el Golfo de Lyon cerca de Pérpiñan, quedará reducida á cero la importancia de Gibraltar para los ingleses. Buena ocasión para Mr. Bright 3ue desde hace muchos años viene abogando en sus iscursos por su restitución á España como un acto de justicia.

El discurso que puede llamarse de la corona, pro nunciado recientemente por el Sultán, ha sido objeto 1 de muchos comentarios. Es la vez primera que el gefe de la Turquía apela á la razón del pueblo, y usa de len- ¡ guaje y espone ideas á la europea, y no es extraño que | tamaña innovación tenga aturdidos á los diplomáticos. | Las últimas noticias de Cuba dan casi por terminada la insurrección. Nuestros lectores habrán notado los buenos deseos del poder ejecutivo, de que pronto ven gan á tomar asiento en las Cortes los diputados de las Antillas, para cuyo efecto se varió la redacción del ar tículo 107. El Sr. Castelar expresó con este motivo, que no basta hacer á los cubanos promesas que no han de cumplirse, y esperaba del gobierno que las conce diera vida propia para que salgan del estado en que hoy se encuentran. Entre las infinitas relaciones y noticias de movimien tos, planes, preparativos y trabajos de carlistas, isabelinos, montpensieristas y demás descontentos que bu llen y forman el fondo obligado de la sección de crónica general de los periódicos, merecen llamar la atención la de que el general Cabrera no piensa tomar parte en los sucesos de España, hasta ver cual es el rey que vo tan las córtes, y la que dá el Gaulois de la visita de sus inagestades imperiales á doña Isabel de Borbon, refi riendo como en el instante en que la emperatriz subia á su carruage, doña Isabel arrojó un puñado de flores sobre su falda en reconocimiento del onjeto de su visita y de las buenas nuevas que le había traído. . Dejando ahora á un lado la política, aunque no las señoras, no podemos menos de recordar la notable se sión lírico-literaria que se celebró el lunes por el Ate neo femenino en el salón del Conservatorio. Allí lucie ron sus habilidades en el canto la señora de Aiguals y la señorita de Moran; en el piano las de Fernandez y de San Pedro, y en el harpa la señorita de Jardín, obte niendo cosecha abundante de merecidos aplausos. No menores los consiguieron las señoritas de Balmaseda y Gasol y los señores Albó, Aiguals y Silió y Gutiérrez á quienes con acierto se encomendó la parte literaria. Los conciertos instrumentales con tanta maestría co mo gusto dirigidos por el Sr. Monasterio, siguen atra yendo inmensa concurrencia de aficionados al estenso circo de Recoletos, y para cuando estos terminen, se encarga de continuar tan gratos pasatiempos el director Senhor da Cunha que con su escogida orquesta viene del vecino reino lusitano á mantener viva nuestra afi ción á la llamada música sabia alemana, como si la de los maestros célebres italianos fuera música ignorante. La procesión del Corpus hizo su salida ej jueves con una pompa y brillantez inusitada , y á favor de una agradable temperatura que convidó á que la carrera estuviese constantemente poblada de forasteros y veci nos de Madrid. Hubo sus amenazas de aguarse la fun ción; pero todo quedó en amago y no fue esto impedi mento para que las bellas madrileñas luciesen sus gra cias bajo el estrecho, húmedo y fementido toldo. No concluiremos nuestra revista sin darnos el parabien por la resolución tomada de fundar dos asilos pa ra los pobres en Aranjuez y en el Pardo, á cuyo pensa miento se ha asociado el público con entusiasmo, así como nos felicitamos por las medidas que han de acabar con la mendicidad callejera y la prostitución pública, que de poco tiempo á esta parte habían hecho casi in transitables las calles de Madrid. Nicolás Díaz Benjumea.

Señor director de El Museo Universal. Muy señor mió: En la anterior epístola, consagrada al Ensayo biográfico del Rector de la Central, encami nado á demostrar el muy poco tacto de un alto emplea do en la elección de personas, hice á usted la promesa de ocuparme extensamente de la manera mas propia de organizar sobre bases sólidas el poder docente, con estricta sujeción al principio democrático de libertad, sin reparar en las muchas y graves dificultades que habría de encontrar en mi camino; mas el compromiso contraído, por una parte, y por otra, mi amor a la Uni versidad, símbolo del poder docente, llamada por la revolución á sustituir á otras instituciones que al pare cer tenían asegurados luengos siglos de vida, son parte para que, dejando á un lado cualquier móvil que no se inspire en el más acendrado patriotismo, vea de alige rar el peso que voluntariamente eché sobre mis débi les hombros. Soy, etc. F. Rivero. Lóndres 44 de atril de 1869.

EL MUSEO UNIVERSAL. conciencia de lo que hacia, los estudiantes habrían re presentado en vano contra sus maestros; pero la mar cha de la idea, una vez planteada, es rapidísima y nada puede detenerla en su camino, ni siquiera la ley de Moyano. Con arreglo á la citada ley,*era nula é impro Para llevar á buen término y recoger el fruto de una cedente la exigencia de los amotinados estudiantes; revolución, que, como la de setiembre , da en tierra mas como el señor Ruiz Zorrilla quería pasar plaza de con instituciones seculares, no basta asirse, siquiera populachero , ideó un medio , que no sabemos cómo sea de buena fe, á la bandera democrática . porque de calificarlo, pero que seguramente vulneró todos los nada sirve la intención y poco aprovecha el mejor de principios y todas las garantías dadas á los catedráticos seo, si los medios ó instrumentos elegidos para reali por la ley que tan sin tino resucitara el aturdido mi zarlos, no responden al espíritu, ó falsean la naturaleza nistro de! gobierno provisional. Nombróse por el mi del intento. nisterio de Fomento una comisión encargada de revisar Decimos esto con ocasión de los decretos dados por los expedientes de los catedráticos , con el fin de ex el señor Ruiz Zorrilla, á quien cabalmente se le asig pulsar á los que no ocupasen sus puestos con arreglo na , en el antes gobierno provisional y hoy poder eje a las leyes. Dicha comisión , como era natural, se di cutivo por la voluntad de las soberanas Cortes consti solvió sin hacer nada, puesto que muchos de sus indi tuyentes , el papel de miembro revolucionario. La viduos eran y continúan siendo catedráticos de real prensa periódica en masa, con ligerísimas excepcio órden. Entonces el señor Ruiz Zorrilla procedió sin nes, aplaudió estrepitosamente los mencionados decre mas ni más á separar de sus cargos á los catedráticos tos, notables tan sólo por el buen deseo que animara á que le plugo, sin reparar en los principios que él mismo sus autores , pero dignos de severa crítica y oposición proclamara en los preámbulos de sus decretos. Ahora bajo el punto de vista democrático y revolucionario en bien: ¿era esto todo lo que debia esperarse de un mi el buen sentido de estas palabras. El cuerpo docente nistro que se llama partidario acérrimo de la libertad universitario , esa nobilísima y poderosa institución, de enseñanza? ¿Tan pobre de recursos se encontró el verdadero y tal vez único sacerdocio del porvenir, tie señor Ruiz Zorrilla que no halló medios de conciliar ne un organismo especial , propio, merced al cual ha los principios de la revolución y los legítimos derechos producido y producirá siempre maravillosos resultados. de los catedráticos? Y ya que el señor Ruiz Zorrilla no Todo lo que no sea restituirlo á su prístina fuerza y pu supo ó no pudo cortar por lo sano y organizar sobre reza, debilitadas por gobiernos tiránicos, será como nuevas bases el profesorado público, ¿por qué no resdar libertad de movimiento á piezas desencajadas, co- peló los innegables derechos de los catedráticos que mo dar libertad para moverse á miembros separados ' obtuvieron sus puestos á la sombra de la ley Moyano, del tronco, como dar libertad, por ejemplo, á los -indi prescindiendo de este ó del otro títúlo? Este y no otro viduos de un pueblo en el estado de anarquía. La li es el verdadero punto de la cuestión : necesario es, bertad , entonces, es peor que la servidumbre, porque pues, que restablezcamos los verdaderos principios que la tiranía, al fin, tiene una lógica á su manera , y casi dominan en la materia aun para aquellas personas que es preferible á la libertad no organizada. ni se ocupan de cosas de la universidad , ni son minis Y puesto que de libertad se habla, desde luego se tros de un gobierno revolucionario. ocurre, y á nadie puede ocultarse , que ninguna falta Todos saben que el profesorado es un verdadero sa hacia decretar la libertad de enseñanza, por ser ya cerdocio que exige condiciones tales, que por desgra un hecho rovolucionario , sino romper inmediatamen cia reúnen muy pocos de nuestros profesores univer te lastrabas que dificultaban el ejercicio de tan precia sitarios; pero entre ellos hay personas dignísimas que do y precioso derecho, ya por la mala voluntad de los han prestado y siguen prestando inmensos servicios á privilegiados, ya merced al marasmo que entumecía y la ciencia con honra suya y no escaso provecho de la Paralizaba los miembros todos de la sociedad española, juventud estudiosa , aunque estos tales no hayan ob ues bien, lejos de comprenderlo asi los señores Ruiz tenido sus cátedras por oposición. Zorrilla y Madrazo, contentáronse con resucitar la ley Era, por lo tanto, inútil y hasta contraproducente re Moyano," el ideal de la centralización en materias de visar los títulos en virtud de los cuales dignísimos ca enseñanza , y para mayor abundamiento de desacier tedráticos venian ejerciendo el sacerdocio de la ense tos, adicionarla con algunas disposiciones que se hallan ñanza , puesto que tenían y tienen el único titulo le en abierta pugna con la economía de aquel engendro gítimo en la esfera de los principios proclamados por el reaccionario. Hoy la Universidad no es el cuerpo autó alzamiento de setiembre, a saber: la pública aceptación nomo, libre, autorizado y potente de los tiempos del de las personas interesadas. Y si de esta esfera des absolutismo, ni la institución que reclama el ideal de cendemos al espíritu y á la letra de los decretos del mocrático y revolucionario, porque le falta la piedra señor Ruiz Zorrilla, que aceptan la libertad dé ense angular, que es la organización vigorosa del claustro ñanza, ¿á qué venia el fijarse en si los catedráticos de de doctores. Sin esto no hay sombra de universidad, ni bían de ser nombrados de esta ó de la otra manera, es posible el engrandecimiento é independencia del cuando la única compatible con el principio de libertad sacerdocio de la enseñanza. Continuará, como conti es el público concurso, que en manera ninguna puede núa, siendo una oficina del gobierno, más ó ménos ni debe confundirse con lo que hasta aqui ha venido lla accesible al público lego ó facultativo; pero con el vi mándose oposición? Pues el error del señor Ruiz Zor cio fundamental de falta de sistema, de falta de espíri rilla está en que el público concurso no cabía en las tu, de estímulo, y aun de fisonomía. Esto no es orga disposiciones que campean en sus decretos, cuyo com nizar la enseñanza bajo el principio de libertad; es in plemento necesario tenia que ser una institución que troducir la anarquía; es decretar la confusión de órden conciliase opuestas tendencias, garantizase la libertad superior, es establecer la libertad general de la igno de los cursantes y pusiese á salvo la independencia de rancia. Y todo, con la mejor intención, con el más vivo los catedráticos. A nadie puede ocultarse, que si los deseo del acierto. estudiantes, no importa de qué escuela , pidieron la No es nuestro propósito examinar detenidamente ca expulsión de sus maestros, ó digamos, su purificación, da una de las disposiciones adoptadas por el señor Ruiz no era en verdad por temor que no cabe en la genero Zorrilla en materias de enseñanza publica. Redúcese sidad que por punto general anima á la juventud, sino pura y simplemente nuestra tarea á demostrar que el por un error, muy natural en gentes de poca reflexión, señor Ruiz Zorrilla, con la mejor buena fe del mundo, pero inconcebible en los hombres elevados á los más no ha sabido aplicar á la Universidad el nuevo principio altos puestos gracias al empuje déla revolución. ¿Qué que el glorioso alzamiento de setiembre con tanta jus vale el error de los estudiantes al pedir, ¡ cosa insó ticia proclamara. Para ello basta y sobra con examinar lita y nunca vista! la destitución de sus maestros por la cuestión á nuestro modo de ver más importante de ellos colmados de las mayores distinciones dias antes, cuantas suscitarse pueden en materia tan delicada ; la al lado de los dislates (que no merecen otro nombre), del señor Ruiz Zorrilla, quien en presencia de tan ex cuestión del profesorado. A. la raiz de los famosos decretos dados por el mi traña exigencia no encontró más salida que barrenar la nisterio de Fomento suscitóse un conflicto entre los ley por virtud de la cual quedaban sólidamente aferra profesores y alumnos de la Facultad de Medicina. Pe dos á sus cátedras los profesores tildados por los irre dían estos la destitución pura y simple de casi todos sus flexivos escolares? Hemos indicado al principio de este maestros, fundando tan insólita pretensión en que to Ensayo, que si algún objeto tenia la petición de los es dos ó casi todos ellos tenían sus cátedras á título gracio tudiantes, no podia ser otro que el de impulsar al novel so, y no por oposición. Para un ministro que no sólo ministro para que inmediatamente aboliese el monopo acepta y decreta un dogma de la democracia, sino que lio que desde 1845 vienen ejerciendo los profesores ademas sabe llevarlo al terreno de la práctica, era esta universitarios con la exclusiva de ser los únicos jue una coyuntura favorable para demostrar á los peticio ces en los exámenes y grados académicos. Es innega narios lo descabellado de su pretensión, aunque en el ble que los decretos del señor Ruiz Zorrilla no toca fondo no fueran muy descaminados los alborotados es ban en lo más mínimo á tan irritante monopolio , an tes al contrario, lo robustecían con menoscabo de esa colares. Pero el señor Ruiz Zorrilla tenia ya, como decirse misma libertad con tanto énfasis proclamada. Por des suele, las manos atadas. Tan pobre de recursos le sor interesados que se suponga á los catedráticos de la prendió en la emigración el alzamiento setembrista, Universidad les sobran medios-de inutilizar cuantos es que no halló á la mano cosa mejor que la ley del 57, fuerzos hagan los libenter docentes, sin más que afer obra magna de la reacción moderado-neo-católica, rarse á los decretos y leyes del señor Ruiz Zorrilla, el con algunas disposiciones adicionadas , y , para colmo cual es responsable asi de los desatinos estudiantiles, de penas, en abierta contradicion con la legalidad re como del ningún éxito que va teniendo entre nosotros sucitada por obra y gracia de un ministro revolucio la libertad de enseñanza. No podían en verdad esperar los reaecionarios cosa mejor en favor de sus viejas nario. Claro es que si el novel ministro hubiera tenido la ideas, que los absurdos planes del ministro de Fomen LA LIBERTAD DE ENSEÑANZA. Y EL SEÑOR RUIZ ZORRILLA.