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Los hombres cobardes y que han sido injustos du rante su vida, son, según todas las probabilidades, convertidos en mujer en su segundo nacimiento.» ¡De tal manera en la antigüedad las juzgaba ese gran genio! No fue nunca punto dudoso para los antiguos el que la mujer era menos que el hombre y de una espe cie inferior ; del mismo modo que tampoco era dudoso tanto para Platón como para Aristóteles, ese otro gran de genio, que la esclavitud de una parte de los hom bres era una condición necesaria al bienestar de los otros, y la base de toda sociedad bien constituida. Hoy dia mismo, después de más de veintisiete siglos de re^voluciones , ¿no se ve á través de la mentira , de las apariencias y á despecho de las ficciones sociales que esas dos bárbaras opiniones todavía no han desapare cido? ¿No se ve que la mujer continua siendo tratada con inferioridad? XI. Aristófanes, citado por Stobeo, completa el pensa miento de Platón: «A mi sentir, dice, la mujer, des pués de esta vida, no tendrá una segunda existencia.» De esta manera se supone que el pensamiento del uno sea solidario del otro ; un fiombre , el más desdi chado de los hombres , vivirá siempre dos veces , solamente en ciertos casos se convertirá en mujer en su segunda existencia, pero una mujer la más gene rosa de las mujeres; no tendrá nunca mas que una vida. Disculpa tiene esto en Aristófanes, que era un pa gano y un poeta cómico. Pero no la tiene en la Edad Media un concilio cristiano en el cual se trató esta cuestioü: Si la mujer tenia un alma , y se le concedió una por una mayoría de dos votos. El teatro entero de este gran poeta cómico , el que nos queda, es decir, once piezas, de unas cincuenta que compuso , es una interminable sátira contra las mujeres. No necesitaremos ninguna en particular, y nos contentaremos con decir que tres de esas once comedias, están especialmente dirigidas contra ellas, y son : La Asamblea de las mujeres; Las mujeres ó las obras de Ceres y Lysistrata. En ellas las acusa de amar el vino, la carne, el placer; de maltratar, robar y en gañar á sus maridos, y les imputa tal número de su percherías y de rasgos de audacia, que al lado de eso aparece pálido y sin colorido las espirituales falacias de las mujeres en materia de sentimiento, ilustradas por el fino lápiz de Gavarni. XII. Por una vez, ¿qué importan las galanterías de un poeta cómico, cuando la crítica es también el elemento de hacer reir? Pero ¿qué diremos , qué pensaremos de una palabra estraña pronunciada gravemente por el sabio Aristóteles en el segundo libro de su Retorica? «Los de Mitilene honraron á Safo como si no fuera una mujer. » El filósofo no habló una palabra de las costumbres de Safo, (costumbres de Lesbos, testigo de ello su oda á una mujer amada), y habla solamente del sexo de Safo. De ese modo su sola cualidad de mujer ha podido escluirla de la gloria. En nuestros dias esa opinión no ha desaparecido del todo. No sólo son los hombres , sino que también las mujeres, que critican la gloria de alguna mujer ilustre á la que no pueden imitar, dicen: «la honran como si no fuera mujer.» (Se amHnmrt.J Salvador María de Fábregues.

RECUERD0S HISTORICOS Y AGRICOLAS, Ó DESDE VITORIA AL RETIRO. Era el verano de 1867, y mi amigo el limo. Sr. Don Miguel liodriguez Ferrer me esperaba en la esta ción de Vitoria con el objeto de acompañarme des de allí á su posesión de Arlaban, en donde estaba de temporada con su familia. Amigos y condiscípulos des de que cursáramos unas mismas aulas en la Universi dad de Sevilla; las vicisitudes , el tiempo, y hasta los mares de un nuevo mundo se habían interpuesto entre ambos por un dilatado período. Pero unas mismas ideas, unas mismas aficiones y una mútua simpatía habían sostenido la unión de nuestros espíritus, pues para el alma no hay espacio, tiempo, ni vicisitudes. El, como yo, había olvidado las injusticias de los partidos políti cos entre los libros y su amor á la agricultura allá en América; él, como yo, había siempre abogado en la ¡ prensa por el aumento de la pobacion rural en España; ; él, como yo, á su vuelta de aquel continente, había i tratado de realizar en su esfera individual esta idea tan ¡ patriótica en terrenos eriales é ingratos; y constándole mis esfuerzos, quiso que yo viera los suyos, y este fue j el objeto de mi viaje al país vasco por la época refe rida. ¡ Es la ciudad de Vitoria cabeza y centro de una de las tres provincias hermanas, y una población que cual otro Jano presenta al viajero que sabe contemplarla i dos fisonomías y dos caras de dos distintas épocas, mos-

trando lo presente en su nueva población baja, tan rec Pero á éste no tuvimos que llegar: de repente nos ta en sus calles como bonita y aseada en sus jardines y embocamos por una explanación nace años principia plazas, y mostrando lo ¡inmuto en su población alta ó da, explanación que inspira tristísimas ideas para el de suso, con sus calles curvas que rodeaban su antigua fomento de nuestra patria (i), y á los 7,000 pies de fortaleza, y sus casas humildes y apiñadas entre las ve esta principiada explanación y en el paraje mismo don tustas fachadas de otras heráldicas, indicando todo en de no hace mucho sólo había un páramo y un desierto, tan corto recinto, el cambio brusco de nuestro antiguo en estas soledades, tuvo ánimo mi amigo para levantar órden social. como allá en los pasados siglos se levantaban los mo Atravesamos, pues, esta parte baja de la ciudad para nasterios al calor de una idea , una granja llamada el salir á la carretera de Francia, cuyo arranque parte por Retiro, en obsequio de la población particular de esta la estensa llanada , y á cuyo uno y otro lado tuvo lugar provincia y de la general de España (5). Pero ya las al principiar el siglo la célebre batalla en que el rey Jo sombras de la noche bajanban, cuando por esta pose sé, cual otro antiguo Rodrigo en los campos de Jerez, sión entrábamos, y habiendo descansado entre una perdió en estos de Alava el cetro y la corona que le pu hospitalidad generosa, nos apresuramos á la siguiente sieran en sus manos la perfidia y la fuerza de su her mañana á recorrerla toda, de la que daremos aquí una mano el gran Napoleón. A poco variamos de rumbo, ligera idea, además de la estensa descripción que á poco I tomando sobre la izquierda otra carretera, que en esta de haberse levantado hizo de ella otro visitador, don I de Francia bifurca, llamada de Villareal y Durango, Daniel Arrese , que se publicó en el periódico vasco El porque á estos puntos conduce, y bien pronto tocamos Eucalduna, y que copió después el Eco de la Ganade i en Gamarra, punto estratégico sobre el rio Zadorra, y ría en Madrid. en cuyo puente casi principiaba la fontera de los carlis Está situada esta posesión á (o kilómetros Norte de tas en la última guerra de los siete años. Atravcsámos- Vitoria, á la falda de la montaña llamada Albcrtia, ra i lo, y cruzando la tortuosa calle de esta aldea, nos fija mificación de Arlaban, sobre el último estribo de la pri mos en su iglesia parroquial , que siempre forma por mera, y en pendiente ya poco sensible, cuyas circuns aquí el centro de estos pueblecitos, y mi amigo me hi tancias le proporcionan un natural desagüe y el ser lazo observar junto á la de esle , un abandonado palacio boreable con toda clase de aperos. La profundidad del fundación de cierto obispo, de este puebla natural , y terreno es grande, y su cualidad siliceo-arcillosa. Tie» que según me dijo, antes que empuñara su dorado ne la figura de un cuadrilátero rectangular con la e»báculo allá en América , había sostenido otro más hu tensión de 1 ,700 pies lineales por cada uno de los lado» milde guardando cabras y ovejas sobre los altos de Mediodía y Norte, y de 2,000 por cada uno de los de Áraca que de allí á poco se presentan. Esta misma Oriente y Poniente. Su regularidad es por lo tanto, carretera sigue por Mmario mayor, frente é cuya par completa, cuya circunstancia se advierte en toda su roquial iglesia también me hizo notar mi amigo una distribución. Asi es que, las heredades, los prados, humilde casa, y en ella una más humilde ventanita di- parques, viveros, frutales, choperas, roblerajes, pina ciéndoine: «No hace mucho que ha muerto un vitoria- res, la viña, la huerta, los encauces, el depósito central »norico que de París venia los inviernos á pasarlos en de aguas ó el estanque ; todo está subordinado á las «esta soledad y en el cuartito de esa casa. El, sin em- exigencias de tan severo principio. «bargo, en tal contraste encontraría su particular goToda la finca .tiene por principal objeto la cria y »ce! ¡Qué diversidad de ideas y de caracteres.» recría de ganado por el sistema de estabulación mista. Y hablándome de esto, llegamos á otro pueblecito lla Está dividida en cuatro grandes zonas que parten de mado Luco, que divide también la propia carretera, Oriente á Poniente, y cuyas líneas están marcadas por descubriéndose fuera del pueblo y á la derecha sobre cuatro hileras de chopos de Lombardía y por otras esuna pequeña eminencia el vínculo ó solar de don Juan tensísimas de pino albar, y sauces, que la cortan y la Bernal Diaz de Luco, varón insigne en letras y santi dividen en sentido opuesto, á la gran rasante de la dad, que hizo la puente que á esta casa, hoy de labor, calle central, que con 10 metros de ancho parte desde conduce, y cuyo apellido dejara á una ilustre dama la entrada de la posesión , y desemboca en una plazo que ha figurado mucho en nuestra contemporánea his leta oval donde hay un jardín frente de los edificios. toria (1). Este obispo, agregóme mi amigo, escribió de A derecha é izquierda de estos hay grandes plantaciopráctica criminal canónica y declamó mucho por las ciones de nogales, castaños, manzanales, parques y penas del derecha contra los hijos de cópula conside fruteros. rándolas crueles y hasta inicuas. Es verdad, me añadió, Toda la posesión está ceñida por un gran paseo de que abogaba pro domo sua, pues no se supo quién fue manzanos que ¡recuerda los carriles de las haciendas su madre y sí solo que era de su obispado entonces de cubanas; y los edificios parten todos de un principio Calahorra, (2) teniendo por padre á Cristóbal Diaz de de unidad tan recomendado por los cultivadores, como Huelva racionero de Sevilla, y beneficiado de San Pe el célebre Villeroy. Los de esta granja presentan la dro de Huelva. Según Bernal del Castillo, el historia parte anterior destinada al recreo , y la posterior á los dor, este obispo nombrado después consejero de Indias, colonos, animales y máquinas de agricultura; el pala fue uno de los que en el propio cuerpo recibieron á cio se destaca algunos metros del conjunto de las cua Hernán Cortés como héroe vencedor. dras y caseríos , pero no tanto que dejen de abrazarlo, Siguiendo esta propia vía se contempla de allí á poco á fin de que el dueño ó el administrador pueda bajar y en horizonte mas accidentado, también á la derecha, de su habitación á cualquiera época del ano y recora iglesia torre y escuela de Arroyave sobre un cerro j rer sin sufrir las impresiones de la atmósfera esterior, muy empinado y que pregona desde tan alto el alma 1la quesería, la vaquería, cuadras y caseríos. grande del beneficiado señor Espada, que al principiar No hablaremos de las cuadras ni del juego de aguas, el siglo pasó de esta humilde feligresía á ocupar el en depósitos para fiemo, etc., y mencionaremos solo dos tonces opulento episcopado de la Habana. «Si, me dijo curiosidades : una de ellas es la isla de Cuba , trazada «mi amigo, aquellos muros y aquella escuela, fueron con gran exactitud geográfica, en medio de las aguas «reedificados por su memoria y por fondos que envió del depósito central, que presenta marcados sus puer «desde allí para sus reutas. Siempre que por aquí paso, tos, sus ciudades principales, sus montañas, sus cabos »me parece ver su respetable sombra, y la imágen de y el punto á que arribó Colon en su primera espedi«aquel varón insigne, restaurador y Mecenas de todo cion ; y la otra consiste en los escudos picados del «lo grande, generoso y artístico que por sus dias hu- conde de Salvatierra , jefe de los comuneros alaveses, «biera en la Habana, en donde fundó además para sus y ofrecen la particularidad de hallarse no muy distan «hijos, diversas cátedras de ciencia y civilización.» tes del puente en que el conde fue sorprendido por las Pero nuestro carruaje volaba, y otro pueblecito se nos tropas imperiales. presentó por igual horizonte y por la propia diestra. Concluiremos diciendo que los primeros seres vi «Ese es Durana, me significó mi amigo: allí en aquel vientes entraron en esta finca por 1864 y sus prime «puente fue donde se defendió cuando las Comunida- ros trabajos tuvieron lugar en 1862. En fin, mi amigo, ides de Castilla el célebre capitán Barona , dando lu- convirtiendo en prados y heredades fértiles el terreno »gar á que huyera con un paje el conde de Salvatierra que hace tan poco no era mas que una vasta estension «sacrificado después en Búrgos, y cuyas armas pica- del erial mas completo, y realizando todas las demás idas por el verdugo, verás dentro de poco en mi gran- importantísimas mejoras de que hemos dado una su »ja (3).» Y con estos recuerdos distraídos, llegamos al cinta idea, deja este monumento que le indemnizará pueblecito de Urbina, solo célebre por su afamada paja con usura de las contrariedades y disgustos que ha y cebada entre los pueblos de esta provincia. Dejárnoslo encontrado en su camino , y que cómo dice el señor de á la espalda, y pronto afrontamos al desoído Gojain Arrese en su descripción citada, «su nombre, mal que sobre tina loma, á quien todavía sombrean á la izquier pese á sus émulos y detractores , ocupará una página da los restos de un gran monte de avellanos que en muy distinguida en la historia de los adelantos de la pasados tiempos lo abrigara, y á proporción que se provincia de Alava, á quien los habitantes todos del guíamos Inicia Villarreal de Álava , notábamos cómo país con la hidalguía de sentimientos que les distingue, cambia el paisaje de llano á más accidentado, y cómo no podrán menos de tributar el homenaje de la mas principia ya desde aquí con más particularidad, la zona sincera y profunda gratitud.» del maíz y del nabo, que forman la cosecha principal J. M. L. de la provincia vizcaína, cuya frontera de allí á poco se presenta, siendo Villareal el último pueblo de ía de (4) El dueño de estas obras rurales no las hubiera emprendido nun ca, concluir sin la seguridad que que por debia la Diputación la provincia dio ■ Alava. de este camino unir dos de carreteras. Peroselianle pasado años y lodavia no se ha cumplido con esta obligación ni con es tos beneficios. (I) 1.a duques do ctoria. (2i Se colige esto, por lo que dijo eu so Testamento. .Dejo rail (5) Por un decreto especial que aparecid en la Caceta de Madrid •ducados para casar doncellas pobres de mi linaje de parte de mi ina- á 1H de febrero de este año, se ha reconocido este público beneticio, • dre atento á que sean todas naturales de mi obispado.. (Calahorra.) dándosele ú mi amigo una muestra no menos honrosa de su inteligen (.>) Estos escudos por donación del Ayuntamiento de Vitoria los cia y trabajos. llene mi amigo incrustados en una de las paredes de esla granja.