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—Sí, amigo, una copla que dice asi:

Esoribístes en la arena,
y firmástes en la mar,
y el viento fue tu testigo...
¡Vaya una seguridad!

Arena movediza, mar que se escapa de entre las manos, viento incoloro, intangible é invisible: tal es la Revolución.

—Permítame usted que difiera...

—Difiera usted cuanto guste; pero no me baga perder el tiempo. Tenga usted esta cartera: en ella encontrará algunos apuntes para la obra en que pensaba ocuparme: aprovéchelos ó rómpalos, según le plazca.

Tomé la cartera sin darme cuenta de lo que hacia. El futuro suicida se embozó en su capa que á mí me pareció un sudario y se alejó con la mayor rapidez.

Pasado el primer momento de sorpresa, quise gritar, busqué con la vista á algún individuo del nuevo cuerpo de orden público; pero aunque quizá habría alguno en aquel sitio, como era de noche, no pude ver los colores nacionales en ninguna bocamanga.

Entre tanto el desconocido había desaparecido, torciendo la esquina de la casa de Alcañices ó Sesto ó Alburquerque.

Corrí al Prado; pero en toda la estension de este paseo, aunque halle varios bultos, no el de la persona que buscaba...

Ayer publicaba La Correspondencia el siguiente suelto:

«Anteayer fue hallado el cadáver de un hombre en las inmediaciones de Carabanchel. Supónese que este desgraciado atentara contra su existencia, pues al lado del cadáver fue encontrado un revolver con dos tiros descargados.»

¿Seria este cadáver el del nostálgico republicano?

II.

La cartera del presunto suicida era muy curiosa. Contenia varios objetos y papeles de que no creo oportuno hacer mención; pues pertenecen á la vida intima; pero como algunos otros se refieren á la cosa pública, me aprovecharé del beneplácito del muerto.

Irélos estractando sin orden, sin hilacion, en fragmentos, tal como los encontré: en ellos hay algunas ideas , que quizá pueden ensancharse, prender y fructificar.

Haré honor á la poesía: comenzaré por una estrofa, que no es mala , aunque nada dice de particular. Por lo visto el suicida era poeta y me estrena que, siéndolo, no se hubiera ahorrado el trabajo de suicidarse.

La estrofa decia así:

«El porvenir del mundo
Nacerá en las riberas apartadas
Do Marañon profundo,
Coloso de los rios espumante,
Olas flami-rolladas
Impele aun mas allá del mar de Atlante.
Pero rasgad lo escrito, en torpe mofa
Para mengua del viejo Continente,
Y vierta sangre la sangrienta estrofa:
Que la valiente idea
Debe cantarla quien valiente sea!»

Las señoras de Sevilla piden el statu quo: las señoras de Huesca abogan por la libertad de cultos ¿qué es esto, qué señoras son estas, con quiénes vamos á ser galantes, señoras mias?...

La ex-reina de España va á dar un banquete dentro de un año en su ex-palacio de Madrid, en obsequio de un personaje ruso. El príncipe terso, tiene ya nombrado su futuro embajador en Londres. Los reyes y los príncipes se ejercitan en el billar y están aprendiendo á hacer efectos de retroceso...

Federales, unitarios, híbridos, Montpensier, Castelar, Aosta, Edimburgo, Dios salve al pais, empréstito lento, el enano amarillo, el general Bum Bum. ¿Quién llevará el gato al agua?

¿Y si hay gato y agua no?

Se están haciendo los preparativos de boda: la novia espera, el novio también, los papas y los parientes esperan del mismo modo, va á ser un matrimonio feliz; pero hay que contar con la suegra...

«Sucede á veces que, aun contra los principios, contra la libertad, la igualdad y la fraternidad, contra el voto universal, contra el gobierno de todos por todos, desde lo profundo de su angustia, de su desaliento, de su desnudez, de su fiebre; de sus aflicciones, de sus miasmas, de su ignorancia, de sus tinieblas, esa gran desesperada, la canalla, protesta y el populacho da la batalla al pueblo.

Los mendigos atacan el derecho común; la oclocracia se subleva.»

¡Nubes!

F. Moreno Godino.


EL AMOR.

Yo soy el rayo,—la dulce brisa,
lágrima ardiente,—fresca sonrisa,
flor peregrina,—rama tronchada;
yo soy quien vibra,
flecha acerada.
Hay en mi esencia como en las flores
de mil perfumes suaves vapores;
y su fragancia fascinadora
trastorna el alma de quien adora.
Yo mis aromas doquier prodigo,
y el mas horrible dolor mitigo:
y en grato, dulce, tierno delirio,
cambio el mas duro, cruel martirio.
¡Ay! yo encadeno los corazones
mas son de flores mis eslabones.
Navego por los mares
voy por el viento;
alejo los pesares
del pensamiento.
Yo dicha o pena -
reparto á los mortales
con faz serena.
Poder terrible—que en mis antojos,
brota sonrisas—ó brota enojos:
poder que abrasa—un alma helada;
si airado vibro
flecha acerada.
Doy las dulces sonrisas á las hermosas
coloro sus mejillas de nieve y rosas;
humedezco sus labios, y á sus miradas
hago prometer dichas no imaginadas.
Yo hago amable el reposo, grato halagüeño;
ó alejo de los seres el dulce sueño.
Porque doy la constancia, ó la falsía,
y no hay fuerza que venza la fuerza mia.
Pues que desde el más noble, al más pechero,
es mi ley para todos templado acero.
Si me comprenden
soy la ventura,
mas si no entienden
la dicha pura
que les ofrezco,
desgraciados los seres
que yo aborrezco.
Todo á mi poderío—rinde homenaje,
todos á mi corona—dan vasallaje;
soy amor rey del mundo—niña tirana,
ámame, y tú la reina
serás mañana.


SONETO.
Prosigue, oh mundo, en tu revuelta usanza,
alas presta al tirano poderoso,
sube al soberbio, abaja al virtuoso,
ciego reparte buena y malandanza.
Mata del noble pecho la esperanza,
corta en su flor el tallo vigoroso,
llena de hiél el corazón dichoso,
que á tantos males tu poder alcanza.
Mas quien quiera que seas, fortuna, sino,
espíritu del mal, cruel destino,
que este piélago riges alterado,
no puedes ciego en la feroz tormenta
el orgullo abatir que el pecho alienta
al verse injustamente desgraciado.

N. D. B.


El número de obras impresas en la Gran Bretaña en el pasado año es extraordinario y arroja la proporción siguiente: Obras sobre asuntos teológicos, 984; de educacion, filología y literatura clásica, 446; libros para niños, 524; novelas, 408; sobre legislación, 340; sobre ciencias, artes y Bellas Artes, 429; economía política, trafico y comercio, 397; viajes é investigaciones geográficas, 238; historia y biografía, 237; poesía y obras dramáticas, 217; publicaciones anuales, 220; sobre medicina y cirujía, 193; y de otras diversas materias, 418.

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Hablase de un descubrimiento útil hecho recientemente por Mr. Hogg, el cual consiste en la producción de una luz intensa por medio del siguiente procedimiento. Mézclase el gas con aire atmosférico, y puesto en combustión se le hace pasar por una red de alambres de iridio-platina. Cuando estos alambres se calientan desaparece la llama y en su lugar se produce una luz blanquísima, que resiste á las mas fuertes bocanadas de viento, y a la mas copiosa lluvia. Una luz semejante se ha obtenido en Francia; pero con mucha mayor cantidad de gas y la necesidad de emplear dos tubos, en uno de los cuales va el aire comprimido. Por medio de la luz Hogg, se pueden hacer fotografías.


RUFINA

Ó UNA TERRIBLE HISTORIA.

(CONTINUACION.)

Ya estaba yo casi decidido á manifestar á mis alegres cantaradas mi determinación de no apartarme del hogar. Ellos sin duda lo comprendieron así, y en el semblante de todos empezó á pintarse una especie de des consuelo, que me conmovió profundamente; tanto, que á pesar de las observaciones de mi madre y de mis instintivas comparaciones, por no pecar con ellos de in gratitud, hice ensillar mi caballo y preparar algunas municiones de boca, y á las nueve en punto, cubiertos de espesas mantas y calado hasta los ojos el sombrero, salimos al campo, sin temor á la lluvia que caia á torrentes, y nos dirigimos á unos naranjales, que están como á una legua de la población, llamados las Huertas de Cebollilla.


II.

LA CERCA DEL DIABLO Y EL POZO DEL CONDENADO.

Cuando salimos del pueblo, la oscuridad era tan intensa, que no se veia á dos palmos de distancia; pero mis amigos, prácticos en el terreno, se colocaron delante de mi caballo, y marchaban con una seguridad como si es tuviéramos en mitad del dia.

Para entretener el camino, me refirieron minuciosa mente la manera de verificar la caza, que, por ser muy original, no quiero dejar de contarla á mis lectores.

El zorzal, que es ave harto conocida, y por tanto no me detengo en describir, pasa en el mediodía de España toda la estación de invierno, retirándose hacia las provincias del Norte, para anidar, desde que se anuncia la primavera.

Durante su permanencia en Andalucía, habita generalmente entre los zarzales y malezas de los bosques y en los olivares mas sombríos, donde el fruto de estos árboles les sirve de habitual sustento.

Si el tiempo está sereno y la atmósfera despejada, duerme en el primer árbol dónde le sorprende la no che; pero al primer amago de tempestad ó de lluvia, su instinto le lleva á buscar un resguardo contra la intemperie en los árboles mas cubiertos de hojas, y que por sus condiciones especiales pueden ofrecerle mejor amparo.

Esta es la razón sin duda por qué en las noches de temporal acuden á los naranjales desde largas distancias, porque este árbol, con sus muchas hojas tupido follaje, les ofrece las garantías que no pueden hallar en ningún otro.

Guiados también por su instinto de conservación, es cogen siempre aquellas ramas menos espuestas á la lluvia y á los embates del viento, y entre estas, las mas bajas, que suelen ser las mas resguardadas.

El pajaro en cuestión, que tiene la desgracia de ser tan sabroso, y que durante el dia suele guardar muy bien su pellejo de las asechanzas continuas de sus aficionados, sólo se deja sorprender en las noches en que el mal tiempo le intimida y acobarda; y el hombre cruel sabe aprovecharse de la ayuda que le prestan los elementos.

La caza, por lo demás, es extraordinariamente sencilla, y no se necesitan para ella otros aparatos que una linterna de forma especial, y una especie de paleta ancha y larga como la mano, y con un mango, á manera de bastón, á que se halla adherida por uno de sus estremes.

Un solo individuo puede manejar fácilmente ambos instrumentos, por poca que* sea su práctica; pero hay mas seguridad cuando la operación se hace á dúo, llevando el uno la linterna y el otro la pala.

La linterna que nosotros llevábamos, por su materia y por su forma , merece una especial descripción, que vamos á hacer.

El ingenioso artífice no había pedido sino al reino vegetal Tas primeras materias para construir su apara to; pero este llenaba tan perfectamente las condiciones de su objeto, que el mismo Robinson hubiera tenido envidia al examinarlo.

Hay en Andalucía una especie de calabazas de forma cilindrica, que suelen llegar hasta un metro y algo mas de longitud y la sesta ú octava parte de diámetro; el estremo adherido á la planta es casi siempre de figura ir regular, y afecta hasta cierto punto la forma esferoidea; pero en su prolongación hacia el estremo opuesto, ó sea el de la flor, su estructura es perfectamente la de un cilindro que se redondea en su remate á manera de fanal.

La corteza de estas calabazas adquiere con la madurez la consistencia que tienen esas otras, llamadas de cuello ó de peregrino, y que en algunos países sustituyen en los usos domésticos de las casas pobres á las botellas y otros receptáculos; sobre todo, cuando están cortadas en sazón y bien curadas al humo. Una de aquellas había servido á mi amigo para formar su linterna, aprovechando la parte terminada en fanal; ajustando a su base un pedazo de corcho sostenido en su centro por una caña, cuyo tubo, penetrando en el interior, hacia el oficio de candelero, y en el este—