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NUM. 5.º

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MADRID 31 DE ENERO DE 1869.

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AÑO XIII


REVISTA DE LA SEMANA.

E

l discurso imperial continúa siendo la materia de interpretaciones, comentos y congeturas en toda la prensa estramera, pues aunque dirigido sólo á la Francia, está hecho para que lo entienda ó procure entenderlo todo el mundo civilizado. Estraña debe ser la situación del vecino reino, cuando se ha acostumbrado á quede vez en cuando suba á la tribuna su universal delegado y empresario general dé sus pensamientos, palabras y obras, y en un discurro afiligranado con frases diplomáticas que suenan mucho y no dicen nada, repita el panegírico del Imperio y dé los grandes beneficios que ha hecho y piensa seguir haciendo. Los que de lejos ven la función, se encogen de hombros y dan gracias á Dios de ver a los franceses tan entretenidos y contentos con su situación interior; pero nosotros y ías demás naciones que no tenemos por qué tragar sin previo examen ía imperial pildora, naturalmente queremos desliar los globulillos y, ver si hay dentro escrito el nombre de Prusia ó Alemania. Ni una palabra. En su lugar no hay mas que bocanadas de poderío y empeño en mostrar al mundo que la Francia, como diria un portugués, recenta de forte. Sea enhorabuena, pero el punto principal queda oscuro, y hablar mucho de paces, sin mentar siquiera á los vecinos con quienes hay peligro de entrar en guerra, no es cosa muy satisfactoria.

Por de pronto nos podemos fiar al menos en que habrá tres semanas de armisticio entre turcos y griegos. La insurrección de Creta parece también que puede darse por terminada, y si después de la tregua comienzan las hostilidades dé nuevo, y alguno de los beligerantes logra una victoria, por pequeña que sea, es probable que se quede satisfecho, porque pensar que Turquía haya de estender sus conquistas, ó que Grecia se haya dé trasformar ahora en un imperio helénico, es pensar en lo escusado.

Un telegrama dirigido a la legación del Brasil en Londres, anuncia haber concluido la guerra entre este imperio y el Paraguay, cuyas tropas fueron completamente derrotadas en Villeta el 11 de diciembre último, hechos 3,000 prisioneros, y obligado el presidente López á apelar á la fuga con él insignificante resto de 200 nombres. Sabido es que esta guerra se originó por una contienda entre el gobierno brasileño y el dictador del Paraguay sobre influencia en el Uruguay, y la perseverancia y firmeza con que en el Brasil ha llevado adelante esta empresa costosa y al parecer inútil, no sorprende menos que el éxito obtenido. Sin embargo, bueno fuera que este imperio, bastante estenso, se persuadiese de que guerras de conquista no convienen ya á ningún Estado, ni en Europa ni en América.

Sábese ya, y no deja de ser importante la noticia, que el presidente de la República de los Estados Unidos ha enviado al Senado el convenio hecho con la Gran Bretaña para la ventilación y decisión de las reclamaciones sobre Alabama. También es interesante la nueva de que los representantes en Washington han rechazado la proposición presentada por un diputado, para que Haití y Santo Domingo fuesen puestos bajo el protectorado de la Union. Se conoce que esta república no quiere por ahora cuidados ágenos, ni consentiría tampoco que se llevase á efecto el plan que se atribuye á un general mejicano, y del cual se ha: hablado mucho en los pasados días: plan que consiste en formar un ejército para una espedicíon á Méjico, á cuya cabeza se pondría Santa Ana, y cuyo objeto seria poner otro príncipe en el trono que cayó con Maximiliano. Tanto el proyecto como los medios con que se dice que cuenta éste partido, nos parecen demasiado fabulosos, y fuera de lugar y tiempo.

El Times ha publicdo recientemente un notable artículo de fondo sobre la cuestión de Gibraltar, con motivo dé la carta que escribió el almirante Sulivan, abogando por la cesión de la plaza y su compensación con la de Ceuta. Comienza dando á entender cierto; resentimiento de que los españoles no hayan preferido cultivar las relaciones con Inglaterra mas bien que: con otras potencias, ni se muestren dispuestos siquiera á hacer algún sacrificio en su obsequio, ahora que tenemos un trono vacante y no pocas dificultades para llenarlo. Esto,, en lenguaje vulgar, quiere decir que no hay razón para que Inglaterra nos ceda Gibraltar, ya que no nos acordamos del duque de Edimburgo. Por lo tanto, no pudiendo entendernos en materia de obsequios mutuos, el periódico inglés pasa á examinar si Ceuta ó Gibraltar conviene mas á sus intereses.

Desde que existen buques blindados y teniendo los ingleses la India, necesitan estaciones navales á intervalos. La cuestión versa sobre si Ceuta puede sustituir á Gibraltar y si Inglaterra consentiría en dar este puerto cual lo tienen, y tomar en cambio el otro en el estado en que se halla. Ahora bien, según el cálculo del citado almirante, se necesitarán cinco años y gastar ciento cincuenta millones de reales para hacer de Ceuta una fortificación equivalente. Resultado, que al parecer de este periódico, puesta aparte la cuestión de gastos, no tendria inconveniente Inglaterra en cedernos Gibraltar. Al fin, se acabó el hacer alarde de supuestos derechos, y el caso ha venido á reducirse á lo que se reducen todas las cuestiones por esta nación: á cuestión de ochavos.

Los experimentos de la bala explosiva Palmer de qué hemos hablado en una de las anteriores revistas, se verificaron el 21 en el campo-escuela de Shoebury ness; pero á causa de no ser apropiadas para la bala Palmer las espoletas que usa el ejército, se decidió construirlas á propósito y fijar otro dia para el ensayo. Parece que el mérito endiablado de este nuevo proyéctil, es el tener efecto retro-activo: es decir, que ya son inútiles las trincheras, barricadas, murallas, parapetos y hasta las famosas baterías llamadas Moncreiff, por que el proyectil Palmer arroja sus fragmentos sobre; los que se hallan guarecidos en ellas, y lo mismo da pelear tras de parapetos como en campo abierto, porque el proyectil obra cual si atacara por la espalda. Dícese, y nos alegraríamos que la noticia se confir-