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proyectos para hacerle mas útil, por un Mercader turco. Lleva un mapa del Mediterráneo, 1720.

Hé aquí la historia de esta carta y del autor oculto bajo el pseudónimo. En 1717, hallándose en Gibraltar el almirante Cornwall, quiso informarse del verdadero estado de esta plaza respecto al comercio y otras ventajas públicas, y entre otros acudió á Mr. John Beaver, a quien pidió su parecer é indicaciones en beneficio de la fortaleza. Murió el almirante en Lisboa, cuando retornaba á Inglaterra, y sus papeles fueron á manos de su secretario, quien publicó este folleto, nutrido principalmente de las memorias ó informes de Beaver, bajo el pseudónimo de Mercader turco.

Consideraciones sobre la próxima paz, y sobre la importancia de Gibraltar, para el gobierno británico, que forma la segunda parte del Whig independiente. Año de 1720.

Es esta una defensa entusiasta de la retención de Gibraltar. Se supone fue escrita por Mr. Gordon, el traductor de Tácito. Este escritor creía que Inglaterra «on Gibraltar era un obstáculo á la grandeza de la Francia; opinión cuya falsedad han puesto los hechos de manifiesto. Otro autor anónimo, que escribía sobre esta materia cuarenta años después, observaba: «ser la opinión general de los hombres políticos de su tiempo, que nada contribuiría más á romper los lazos que unían á Francia y España como el destruir los celos mantenidos entre España é Inglaterra por la retención del dominio de Gibraltar.»

Cartas de Catón, impresas en 1720.

Estas cartas provienen de la misma pluma que el folleto antecedente. Mr. Gordon vuelve á tronar contra la devolución.

Gibraltar, Poema épico. Anónimo, 1720.

Hizo bien el moderno poeta en ocultar su nombre. Hé aquí cómo refiere la toma de la plaza: «Oyó y víó el hado: porque antes que dos siglos trascurriesen, ó España hubiese contado ocho sucesivos monarcas, hé aquí que la emperatriz Ana envia su temida escuadra, que sobre el proceloso Océano con imponente pompa se extiende. Desde las distantes llanuras y viñas de la Bética vieron los moradores atónitos los elevados mástiles; del trueno británico oyen el retemblante eco, y acuden á las preces para echar á pique las quillas enemigas.»

Gibraltar baluarte de la Gran Bretaña, por un caballero marino. Año de 1725.

Es una carta á un miembro del Parlamento. Contiene algunas consideraciones sobre la importancia de esta plaza con respecto al comercio inglés en general, y en particular al de Berbería, España y Francia. En esta carta se propone á Inglaterra la disminución de los gastos que anualmente ocasionaba la guarnición del fuerte. Tres cartas relativas á la marina, Gibraltar y puerto Mahon. Escritas en 1747 y 1748. Impresas en 1757. Esta es una obra con gran madurez escrita. Expone que nunca obraron los ministros de Inglaterra como si entendiesen conservar perpetuamente á Gibraltar, sino como si esperasen la mejor ocasión para devolverle.

Consideraba el autor á Menorca como mas ventajosa que Gibraltar, asi porque su conservación era mas fácil y por tener en Mahon una de las mejores bahías en el mundo conocidas, como por dar menos celosa España, con la cual convenia estar en los mejores términos.

Razones para devolver á Gibraltar, 1747. Anónimo.

El estilo de este periódico es satírico, y aunque por el título parece que abogaría por la restitución, no se deja esto entender fácilmente por su contenido. Principalmente expone los abusos y tiranías de los gobernadores ingleses, de que dio el primer ejemplo el coronel Congreve, primer enviado á gobernar la plaza, y que perpetuaron el coronel Cotton y sus sucesores. Trae la respuesta y adhesión de los prefectos de todas las ciudades á la declaración hecha en las Cámaras en 1728, de que confiaban en S. M. tocante á las medidas que habían de tomarse para mantener ileso el honor nacional y asegurar el comercio, preservando con especial cuidado los derechos indisputables á Gibraltar y á la isla de Menorca. En la portada se ven estos dos significativos epígrafes:

«¡Auri sacra fames, quid non mortalia coeis Pectoral!!»

(Virgilio.)

«Fraudare, rapere, falsis nomhibus

Imperium appellant.»

(Tacit. in Vic. Agrie.)

Historia del estrecho de Hércules, por Thomás James, 1771.

Se limita á noticias sobre topografía, clima, etc. de Gibraltar.

Historia de Gibraltar, por don Ignacio López de Avala, cronista de Carlos III.

Este monarca, preparado para el famoso cerco en que agotó grandes tesoros, mandó á su cronista escribir los anales de la plaza. Se extiende el historiador desde las noticias primitivas hasta los preparativos del memorable sitio de 1782, y concluye esperando en el buen éxito de los aprestos militares. Es obra muy recomendable.

La historia antigua y moderna de Gibraltar, por Mr. Dodd.

Cabalmente lo contrario ha de juzgarse de ésta, según ya ha observado nuestro compatriota el señor Montero.

Historia del sitio de Gibraltar, 1784, por el coronel Drinkwater.

Gibraltar, poema épico, 1785. Anónimo.

Vése por estas dos muestras, que la epopeya no es negocio tan dificultoso como algunos creen.

Historia de Gibraltar, traducción de la de Ayala, por Mr. Bell, 1845.

Historia de Gibraltar, por el señor López Montero, Cádiz, 1852.

Historia de Gibraltar, por el capitán Sayer, 1862.

Es extracto de las anteriores, distinguiéndose por la narración de las negociaciones diplomáticas, aunque hecha muy en resumen y bajo el punto dé vista británico.

Gibraltar a España— por N. D. Benjumea. — Madrid— 1863.

Gibraltar por F. M. Tubino, Sevilla.

Nicolás Díaz Benjumea.


EL DUQUE DE MONTPENSIER.

Con el propósito de que nuestros lectores conozcan la fisonomía de los candidatos al trono de España de que se habla con mas ó menos probabilidades de aceptación, damos hoy el retrato del duque de Montpensier, cuya candidatura se discute actualmente con calor por parte de sus apasionados y adversarios. Siendo los antecedentes de este personaje conocidos por todas las personas medianamente aficionadas á la lectura, no creemos necesario repetir aquí hechos y noticias que están en la memoria de todos, por formar parte de las discusiones diarias de la prensa. En nuestros próximos números daremos los retratos de sus competidores.


MANIFESTACIÓN DE LAS ZARAGOZANAS


CONTRA LAS QUINTAS.

Nuestro grabado representa la manifestación republicana verificada en Zaragoza por el bello sexo, en su mayoría madres de familia, y de que tanto han hablado los periódicos en los pasados días. Una concurrencia numerosísima llenaba el día de Reyes el salón de Independencia, el paseo de la Lealtad, el campo de la República y sus avenidas, esmerando el ansiado instante de la llegada de la comitiva que no tardó mucho en aparecer, precedida de una lucida banda de música, entonando aires y himnos patrióticos, y ostentando diversidad de estandartes, banderas y pendones, en los que se leían inscripciones varias, y entre otras, las de ¡Viva la República Federal! ¡Abajo las quintas! y ¡Abajo las matrículas de mar!

Una vez llegadas al Campo de la República y desde el lugar que oportunamente se había dispuesto, tomaron algunas de las señoras la palabra, y en sentidos discursos y entusiastas frases hicieron comprender al auditorio la odiosidad y tiranía de las leyes que arrancan al hijo del regazo de sus madres, al padre el apoyo de su vejez desvalida, á la hermana el hermano idolatrado, y á la amante el objeto de su tierno cariño, escitando á todas las españolas á que elevasen sus clamores solicitando la abolición de ese terrible impuesto, la contribución de sangre; no sin advertir á todas las madres, que eduquen a sus hijos en los principios de la libertad que son la esperanza de la regeneración de nuestra querida patria.

Terminados que fueron sus elocuentes y conmovedores discursos, una parte de la numerosa procesión encaminó sus pasos hacia la Diputación provincial, á donde le siguieron multitud de personas en cuyos semblantes se pintaba la admiración y el entusiasmo que aquel espectáculo les inspiraba, y que contribuían á enardecer los sonidos de los himnos y marchas nacionales.

Desde el balcón de dicho edificio, dos señoras dieron las gracias á la inmensa concurrencia que llenaba la plaza y los balcones de los edificios contiguos, por la buena acogida que habían preparado á su manifestación y por el comportamiento ordenado y sensato de que habían dado muestras, concluyendo con vivas á la libertad y á la república federal.

Después de estas arengas, el gobernador civil y el ciudadano Juan Pablo Soler, dirigieron la palabra al pueblo, y el acto terminó con el mismo orden que habia comenzado, dejando grata memoria en el pecho de los zaragozanos, que al ver tanto entusiasmo en el sexo bello, reconocen todavía existente aquel fuego patriótico y heroico espíritu que hicieron célebre á Agustina de Aragón en 1808.

PLAZA SANTA-TRINITA
EN FLORENCIA

La plaza que representa nuestro grabado es una de las mas conocidas y frecuentadas por los extranjeros. En ella se eleva una columna de granito coronada con una estatua de la Justicia en pórfiro recuerdo de las discordias civiles de los tiempos Cosme I de Médicis, quien la erigió para consagrar su victoria, en 1537. No lejos de esta columna, si encuentra el café Doney, uno de los más celebrados y económicos de Europa, donde suelen encontrarse viajeros de todas partes del mundo.

Frente á la columna está la iglesia de Santa-Trinita, que bien merece la visita de los amantes de las artes pues fue construida con arreglo á los planos y diseños de Nicolás de Pisa y de Buentalenti y contiene bellas pinturas de Chirlandajo, de Cristofo Aflori y del Empoli.

Separándose de la columna y dejándola á la izquierda, á poco que se camina, se llega al Arno a su muelle, lungo l'Arno, Lungarno, al lindo puente de la Trinidad (ponte a Santa-Trinita), al cual en el estío se van las gentes por las mañanas y noches a respirar las brisas del famoso rio.


EDUCACIÓN CIENTÍFICA DE CERVANTES.
(conclusión.)

Esta carencia de certificación, tan susceptible dé remedio se hace mas notable, cuando vemos que el mismo señor González conoce la importancia, necesidad é interés que prestan, por la escasez de conocimientos que tenemos acerca de tan famoso eompatricio, y cuando para otras noticias que halló en el archivo de Simancas, referentes á la participación que nuestro escritor tuvo en las jornadas de Italia, así como las que atañen á las comisiones que desempeñara en Andalucía por los años de 1588 cuidó de remitir los documentos por conducto del ministerio de Estado, «con aquella franqueza,» dice Navarrete, propia de los literatos que se interesan en la historia de los hombres célebres.» A estas consideraciones se agregó un motivo de dudar, con la siguiente observacion de don Bartolomé José Gallardo, autoridad para nosotros respetabilísima en toda cuestión que tenga relación con Cervantes: «No puedo en conciencia crítica perdonar á Navarrete la nimia facilidad con que asienta como un hecho, lo que no es sino dicho dé un sugeto que al fin es falible. ¿Por qué antes de sentar tan rotundamente tal especie, no procuró apurar la verdad del caso, haciendo registrar los libros de matrículas de Salamanca? Estas palabras de Gallardo eran mas que una observación critica; y sin embargo, si de ello hubiese tenido una certidumbre completa, habría cambiado la espresion por esta fórmula mas sencilla: «No hag tales matriculas en Salamanca.» La verdad es, que Navarrete está exento de toda responsabilidad, cuando en los tres pasajes en que toca á esta materia se refiere siempre á la seguridad que le ha dado don Tomás González, catedrático de retórica, de que vio las matrículas de Cervantes. ¿Y cómo podía este profesor haber inventado tal especie y darla á su amigo Navarrete como verdadera? ¿Quién puede imaginarse que en nuestro siglo llegasen á envejecer errores tan fáciles de remediar? Se nos figuraba imposible que las ediciones de Navarrete no hubiesen despertado la curiosidad de los apasionados de Cervantes, y movido la de los Salmantinos á verificar esta aserción, y con esta idea escribimos no há mucho al señor don Tomás Belesta, rector de aquella universidad, con el objeto de disipar nuestras dudas. Este señor, con uña actividad digna de elogio, nos remitió un pliego con los antecedentes que copiamos, recogidos por el señor don Manuel Barco con toda discreción é inteligencia. Hé aquí su contenido:

«En la reseña histórica de esta Universidad, á la página 16, hay una nota que dice asi: Consta que el, inmortal Cervantes cursó aqui dos años, habiendo vivido en la calle de los Moros.

«A la publicación de esta memoria fue dicha nota el pasto de curiosidad de muchos literatos, con deseo de averiguar su exactitud, y con este motivo se han buscado antecedentes en los archivos con repetición, sin que se haya encontrado dato alguno que lo justifique. A mí me ha tocado esa honra por dos veces con la misma suerte, midiendo asegurar, que todos los documentos del archivo antiguo han pasado Uno á uno por mí mano, y nada he visto referente á tan célebre escritor. He leido también los libros de matrícula») desde el año 1546, que es el mas antiguo que se conserva, hasta el siglo XVII, y no consta tampoco: en todo caso debió ser alumno de esta universidad, por los años de 1568, en atención á que nació en 1547; y su biografía, publicada por la Academia de la historia, dice; que á los veinte y un años no tenia oficio ni profesión alguna y se dedicó á las humanidades en Madrid, bajo la dirección del célebre humanista, el