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paz , crecieron las asociaciones piadosas ; creáronse nuevos establecimientos , tales como el hospicio de Oviedo , obra debida al famoso regente Gil de Paz, y volvió á fecundar nuestro suelo el espíritu de caridad, como en sus tiempos mejores, pero con mas reflexión, con mayor cordura, con mas ilustración. Creóse además una legislación prudente, una verdadera legislación que respondiese á las necesidades del ramo; y la organización que se dió Tía mayor parte de sus establecimientos aun continúa con éxito. No obstante, ha sufrido la beneficencia grandes trasformaciones en nuestros dias; buenas algunas, malas ó inútiles otras, aceptables muchas: todas obedeciendo á la ley invariable del progreso , por caminos ya recios ya tortuosos. Su importancia merece un capítulo aparte, y damos aquí por terminada nuestra escursion histórica.


Luciano García del Real.

en el quartetto que llega á continuación, y en el que el arle de todos los tiempos; que jamás podrá apreciar don Juan quiere nacer pasar á su esposa por loca á los el vulgo en su verdadero valor, pero que es el supre ojos de doña Ana y don Octavio. En esta pieza no huel mo esfuerzo de la música lírico-dramática, composi ga nada; todas las pasiones hablan en ella su lenguaje ción, en fin, que debe oirse aunque no sea mas que propio, cada nota tiene su razón de ser: el desprecio que una vez en la temporada, siquiera para demostrar que manifiesta doña Elvira, la tristeza de doña Ana, el caba no ha muerto aun en la tierra ingrata el culto de lo lleresco acento de don Octavio y la astucia de don Juan bello. aparecen alternativamente en frases de una observa Pocas palabras podemos decir á nuestros lectores de ción perfecta, que revela en el músico un profundo co la ejecución, pues siendo esta en extremo difícil, raras nocimiento del corazón humano. La consecuencia del veces Ke consigue una excelente, á lo menos en su quartetto es un aria de doña Ana , cuyo recitativo, en conjunto, por las complicaciones que presenta la obra el que la hija del comendador cuenta á su prometido la del salzburgués, hasta para cantantes de primer órden. audaz tentativa de que fue víctima , es una soberbia Encargada la señora Lagrua de la parte de donna inspiración. En este, todo es un modelo, la última pa Anna hizo alarde de su gran talento escénico y estudio, labra de la declamación lírica, lo mismo que el aria en á fin de evitar los escollos que aquella le presentaba á re mayor, siempre sostenida en un fondo admirable de cada paso. Al final del acto tercero la prima donna instrumentación, y sublime esfuerzo de lo sublime d' oboligo de nuestro gran teatro de la Opera cantó la dramático. preciosa aria que es ya una costumbre suprimir des Pero don Juan no es hombre de pararse ante las la- graciadamente con otros excesos. ! mentaciones de su esposa y las imprecaciones de doña Como en la temporada anterior, la señorita Sonnieri Ana. Don Juan piensa en la fiesta que prepara en su ha tenido á su cargo la parte de donna Elvira, que j palacio. interpreta con el buen gusto é inteligencia de siem REVISTA DE MUSICA. Penetremos, pues, en la opulenta morada; entremos pre. Igual observación nos merece en la de Zerlina la DON GIOVANNI. en sus jardines encantados, para asistir á las peripecias señorita Reboux, si bien no todas las veces, á pesar de ! conmovedoras, en las que el . compositor se nos revela sus esfuerzos, alcance la gloriosa meta en la mas bella Reanudando de nuevo nuestras tareas de poner en en todo el esplendor de su genio. de las obras de Mozart, de la mas pura creación de su conocimiento de los lectores del Museo Universal las Entre los fragmentos mas célebres de ésta parte de alma, el ideal de su corazón. obras de música que se ejecutan, pues rarísimas veces, la obra, nos sale al paso, en primer término el aria de Los señores Baragli, don Ottavio, Boccolini , don por desgracia, se crean ya en nuestro país, vamos á em Zerlina implorando perdón de su desposado. ¡Cuánta Giovanni, Varvaro, Mazetto, y Selva, Leporello, apar pezar nuestras revistas con la sublime y mas acabada gracia y finura en esta deliciosa inspiración melódica, te alguna que otra exageracionen sus respectivaspartes, del maestro de Salzburgo , puesta en escena en el tea tan bien acompañada por la orquestación! ¡cuánto gus efecto, sin duda alguna, de dar mas relieve á la subli tro nacional de la Opera el martes 23 del aotual. to y delicadeza en todos los dibujos y bordados de los me obra del salzburgués, todos estuvieron á la altura Henos, lector amigo, ante Mozart, ante la suprema violines y violas unidos á la armonía! Los violoncellos, de su repútacion. inteligencia y el gusto supremo en todos los efectos de sobre todo, representan en ella un papel muy impor Vicente Cuenca. timbre y sonoridad, ante todos los prodigios y las ri tante, por el pianissimo de la orquesta. ¡Lástima gran quezas que encierra el arte en el desenvolvimiento y la de es que en el teatro de la Opera no todas las veces disposición del conjunto. los otros instrumentos de cuerda permitan oir, sin cier Cuanto mas se profundiza y estudia el trabajo del ta confusión, el diálogo que se entabla entre Zerlina y TEATRO POLITICO-SOCIAL salzburgués, mas llama la atención, por no encontrarse los bajos! • DE DON JOSÉ MARÍA GUTIERREZ DE ALBA. en ningún repertorio una cosa ni aun parecida, la uni Llegamos al terzetto, llamado de las máscaras, entre dad déla composición, que la envuelve como un man doña Elvira, doña Ana y don Octavio, reunidos por un En lo que no hay duda de ningún género es en la to de gran precio. En ella, pues, todos los personajes peligro común. Esta pieza, que es una encantadora tienen un carácter musical fuertemente delineado, en plegaria dirigida al cielo por los tres personajes, resu inflexibilidad con que los hechos responden en la his relación con el suyo propio, y que no se desmiente en me todo lo que la claridad de la forma , la elegancia del toria á la ley que marca los períodos de estas manifes ninguna situación. estilo y la espresion patética pueden realizar de mas taciones del arte. Dichos períodos son aquellos en que los fundamentos de la creencia de los pueblos se hallan Hay, en efecto, tal precisión en ellos, que ni una perfecto ¡Y sin embargo, tiene un siglo de fecha! frase del canto de Elvira convendría á la fisonomía de Una vez en el salón del festín, empieza la fiesta; pero conmovidos, en que el espíritu vacila en medio de doña Ana, ni una nota de don Juan á don Octavio. Es no un baile, sino tres á un tiempo, un minuetto eñ 3/g oleages opuestos y de corrientes contrarias; períodos, una constancia en la individualidad, que sólo los gran por la orquesta principal, un wals y una contradanza en fin, de transición , de crepúsculo, de destrucción des maestros del lenguaje nos presentan alguna cosa por las dos del palco escénico, que no anduvieron muy y elaboración , en que la inteligencia, como si estuviese parecida. El canlo de Elvira es siempre triste y doloroso acordes siempre el martes pasado, y cuyos ritmos di colocada sobre una cumbre desde donde se divisan dos mundos, envuelto el uno en las sombras de la duda como debe ser la voz de una infeliz mujer bastante dé versos contrastan de un modo singular. bil para no renunciar al hombre que huye de ella ; el De pronto se oye un grito, la concurrencia se preci y el otro en las del misterio , en vez de exhalar un de Zerlina es siempre ligero, gracioso, de un gran can pita á la puerta á presenciar la entrada triunfante de ¡ayl que pinte su angustia , ahonda sus heridas y es dor, como el alma de una jóven ingenuamente coqueta; don Juan , que para engañar de nuevo á sus convidados cribe con hiél su historia y narra su estado con sar el de doña Ana, profundo, sombrío , trágico, como el trae de una oreja á Leporello, al que amenaza atrave dónica sonrisa. El ingenio adopta entonces lo que lla carácter de una mujer orgullosa y varonil, que guarda sar con la espada. Pero sus esperanzas no se cumplen mamos una línea de conducta pesimista. Recarga, ó hasta el dintel de la tumba ún dolor sin remedio. esta vez. La indignación estalla en todos los corazones. mejor dicho, acumula los dolores y las miserias por ver En los hombres la personalidad se destaca mas cla Doña Elvira, doña Ana y don Octavio quítanse las más si la intensidad del efecto produce el remedio de las ramente una de otra; Leporello tiene el acento de un caras, mezclando sus imprecaciones á las de todos, de causas. De la oportunidad y destreza de esta opera perezoso, cuyo miedo es siempre cómico ; el de Mazet- sesperados por el cruel destino que los sujeta á la vida ción depende en muchos casos la solución de grandes to representa la torpeza de un campesino, al paso que de don Juan. Esta situación imponente arrastra consi y embarazosos problemas, porque la humanidad que el estilo brillante, sonoro, audaz de don Juan, distingue go el final extraordinario que, la primera vez que fue parece que debiera despertar siempre á la voz de la perfectamente al fogoso caballero. Obsérvese después ejecutado en el teatro, produjo un gran estupor. La razón, suele entrar en modorras de las que sólo le la armonía con que vienen á confundirse aquellas di-» verdad es que nunca se habia oido cosa semejante en saca el ruidoso despertador del ridículo , resorte que influye en una especie de poder latente, capaz de proversas tintas: júzguese el tono general, y se verá que escena lírica alguna. Mozart es tan buen observador y gran colorista como Después del lindo terzetto del balcón, y la serenata producir movimientos involuntarios , espontáneos y Giorgione, Velazquez í Rembrañt. j de don Juan, con su delicioso acompañamiento pizzi efectivos, resorte, en fin, que saca fuerzas de la fla Si de] complesso pasamos á los detalles, la admira cato, llega el aria de Zerlina, obra maestra de gracia, queza misma. ¿Quien duda hoy del poderoso influjo de Bcaumarción crece de punto. ¿Qué tipo hay de una ejecución y el tradicional sestetto, cuyo corolario es el aria de chais en el gran movimiento que lia dado vida nueva mas difícil que la parte de Leporello? Para cantarla de don Octavio. un modo irreprochable, ¿qué cualidades no se necesi Aproxímase el final. El duetto entre don Juan y Le y forma nueva á las naciones civilizadas? Jamás pudo tan? En primer lugar es preciso que la inflexión can porello ante la estátua del comendador predispone el gloriarse apóstol, filósofo, tribuno ni conquistador de tada y la hablada vengan á confundirse en él en un ánimo para la grandiosa escena del convite, obra maes alcanzar mas prodigioso efecto con su credo , sistema, grado de perfección absoluta, para que pueda brillar el tra entre las mas sublimes , concepción colosal , que principios ni legiones que el logrado por este ingenio con su célebre é inmortal trilogía de El Barbero de sentido de las palabras y dar relieve al pensamiento. La espanta y anonada á la vez. exactitud rítmica es igualmente necesaria ; porque si Los efectos que surgen de todos lados en aquella Sevilla. Eu este admirable cuadro están todas las mi durante las corcheas que ejecuta la orquesta en el pa instrumentación desordenada al par que terrible, aquel serias , vicios , errores , abusos , martirios , lágrimas y saje, en la mayor ¡ diálogo formidable y lúgubre entre los dos personajes, sarcasmos de la sociedad antigua que sentía derrumbar no tienen nada comparable hasta ahora en el lenguaje sus cimientos , y que el poeta, con una sonrisa que V'han damine, fattoresse, de los sonidos humanos ; son gritos quejumbrosos, ru oculta la hiél del alma, entrega al pueblo en la escena contessine, baronesse gidos sordos, voces siniestras , acentos de desespera para que se ria y reconozca su retrato , y dichoso el la voz se desenvuelve en notas con puntillo, el efecto ción que nacen y se levantan con todo el poder formi pueblo que le reconoce, porque aquel pueblo se ha sal es imposible, comprometiendo el pasaje, ya que no se dable de su imponente magestad contra el impío pro vado , y después de reír le saldrán los colores al rostro le destruya por completo. Añádase á esto las medias fanador de la ceniza de los muertos, contra el blasfe y hará obras portentosas. No diremos que España se encontrase hoy en situa tintas del andante y sus frases descriptivas que recla mador del cielo, contra el desenfrenado disoluto, que man ¡mperiosamenie la espresion de la mirada y el jue se revuelve y trata aun de luchar en vano bajo el brazo ción completamente exacta á la de la Francia en el pasado siglo , porque entonces se acumularon los pro go de la fisonomía, y luego el talento y la habilidad pa implacable del comendador. El efecto que produce este conjunto en el espíritu del blemas de mayor gravedad en todos los órdenes y ra llevarlo á cabo. . Si pasamos después á la linda escena popular, en que espectador, es grande, prodigioso, inmenso. Ignórase esferas de la humana vida , muchos de los cuales re los campesinos de las cercanías se reúnen para cele-, de donde vienen aquellas armonías salvajes, descono solvió de hecho y legó de derecho á los pueblos her brar la boda de Zerlina, el contraste no puede ser mas cidas , aquel soplo infernal que abrigan los acordes de manos de ambos continentes ; pero , al menos , en el delicioso. La llegada de don Juan, su disputa con Ma- los trombones, que, mudos durante la obra, se presen órden político y sus naturales conexiones con el so tan de repente en la instrumentación para aumentar el cial, nuestra España estaba en una situación muy pa zetto y el duetto célebre: terror de este formidable desenlace, que se diria surgir recida á la que en todos tiempos ha marcado la inevi La ci darem la mano, de las entrañas de la tierra, mas bien que de la cabeza table intervención del arte, y el manejo de las armas completan esta situación que, por la gracia, el conjun de un hombre, y cuyo parecido es el gigantesco cuadro de la sátira y de lo ridículo. Cuando la razón no produce efecto , resultado de to y la pureza, recuerda las mas poéticas obras del Cor- 'del juicio final! de Miguel Angel, última' palabra de la regio y Rafael como dice un crítico de nuestros dias. pintura hasta el presente. hallarse embotada la inteligencia, es preciso avivarla Las frases de Elvira al acudir el socorro de Zerlina De este modo termina la composición de Mozart, con las mordeduras, punzadas y picaduras del afilado cuando es arrastrada por don Juan, encierran rasgos que nunca será popular, porque no á todos es dado diente de la burla y cosquillosa acejon de lo cómico: y ile una energía poco común, que vuelven á aparecer i comprender lo sublime , pero ante la cual se inclinará entre nosotros, por desgracia, desde há mucho que